Ale y su traviesa aventura con la pelota


En un hermoso barrio de Buenos Aires, vivía un niño llamado Ale, conocido por ser muy travieso. Su mayor pasión era jugar con su pelota en cualquier lugar que encontrara.

Un día, Ale decidió llevar su pelota al parque, donde se encontró con sus amigos Martín y Sofía. Juntos, comenzaron a jugar un emocionante partido de fútbol, pero Ale, demasiado travieso como siempre, pateó la pelota con tanta fuerza que terminó rodando hacia un bosque cercano.

Alarmados, sus amigos le advirtieron que no debía entrar al bosque, pero Ale, desobedeciendo, decidió buscar su pelota por su cuenta. Sin embargo, al adentrarse en el bosque, Ale se perdió. Desesperado, comenzó a llorar y a arrepentirse de su travesura.

Pasaron varias horas antes de que un amable guardabosques lo encontrara. El guardabosques, luego de consolar a Ale, le enseñó la importancia de la obediencia y el cuidado del medio ambiente.

Desde ese día, Ale comprendió que sus travesuras podían tener consecuencias negativas, y optó por jugar de manera más responsable y respetuosa en el futuro.

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