Alice y el Gran Logro
Había una vez una niña llamada Alice, quien era muy linda e inteligente. A sus tres años de edad, Alice decidió que ya era hora de dejar los pañales y aprender a usar el baño como los niños mayores.
Un día, Alice le dijo a sus padres: "¡Mamá y papá, quiero ser grande como ustedes! Quiero aprender a usar el baño". Sus padres se alegraron mucho al escuchar esto y decidieron ayudarla en su nueva aventura.
Esa misma tarde, la familia entera se reunió en el baño para empezar esta emocionante travesía. Su mamá llenó el inodoro con agua tibia para hacerlo más amigable y cómodo.
"Aquí está tu nuevo amigo", dijo su papá señalando al inodoro. Alice miraba con curiosidad aquel extraño objeto que parecía un asiento especial. Ella no estaba segura si confiar en él o no. Pero estaba dispuesta a intentarlo porque sabía que era importante para crecer.
"¿Cómo funciona esto?", preguntó Alice con timidez. "Verás, cariño", respondió su mamá mientras le explicaba cómo sentarse correctamente en el inodoro y qué hacer después. "Pero recuerda, no hay prisa. Solo debes intentarlo cuando te sientas lista", agregó su papá.
Los días pasaban y Alice seguía acostumbrándose al nuevo proceso. Sus padres la animaban constantemente y celebraban cada pequeño logro.
Aunque había momentos difíciles donde ella se frustraba por no poder hacerlo bien de inmediato, siempre encontraba apoyo en sus padres quienes le recordaban lo valiente y capaz que era. Un día, mientras Alice estaba jugando en el jardín, sintió una urgencia. Corrió hacia sus padres gritando: "¡Mamá, papá, necesito ir al baño!".
Sus padres sonrieron emocionados y la llevaron rápidamente al baño. Alice se sentó en el inodoro con determinación y luego de un momento de concentración, logró hacerlo correctamente. Todos celebraron su éxito con aplausos y abrazos.
Alice se sintió muy orgullosa de sí misma por haberlo logrado. A partir de ese día, cada vez que tenía ganas de ir al baño, Alice lo hacía sola sin ayuda de sus padres.
Se convirtió en una experta en el uso del inodoro y fue inspiración para otros niños que también querían dejar los pañales. La historia de Alice se volvió famosa en su vecindario y muchos niños comenzaron a seguir su ejemplo.
Los padres estaban felices porque habían encontrado una manera divertida y educativa para enseñar a sus hijos sobre la importancia del uso del baño. Y así, gracias a la valentía y determinación de Alice, todos los pequeños aprendieron a usar el baño sin miedo ni preocupaciones.
¡Y vivieron felices para siempre! Fin
FIN.