Alicia en el País de las Sombras



Alicia estaba acostumbrada a la rutina de su vida, pero un día, mientras paseaba por el jardín, vio a un Conejo Blanco con un reloj antiguo que parecía muy apresurado. Intrigada, lo siguió. El Conejo desapareció en una zanja oscura, y sin pensarlo, Alicia se lanzó tras él.

De repente, se encontró en un bosque tenebroso, donde los árboles susurraban secretos y la niebla cubría el suelo. Asustada, se dio cuenta de que no era el mundo de maravillas que había escuchado en cuentos.

"¿Dónde estoy?" - preguntó, con el corazón latiendo fuerte.

"En el País de las Sombras, querida. Aquí lo único que importa es el miedo" - dijo una voz suave y misteriosa.

Alicia se volvió y vio a una Gata de Sombra, con ojos que brillaban como faros en la oscuridad.

"Tienes que encontrar tu camino para salir de aquí, pero ten cuidado con la Reina Sombra" - advirtió la Gata.

Sin quererlo, Alicia se adentró más en el bosque, donde encontró un Teapot que hablaba. El objeto chirriaba y parecía tener vida propia.

"Soy el Teapot de los Secretos. Si me respondes correctamente, te daré una pista para escapar" - dijo con una voz temblorosa.

"¿Cuál es tu pregunta?" - preguntó Alicia, nerviosa.

"¿Qué temes más?" - inquirió el Teapot.

"Temo que no pueda volver a casa" - confesó Alicia, al borde de las lágrimas.

El Teapot sonrió, pero su sonrisa era escalofriante.

"Debes enfrentarte a tu miedo, no correr de él, si deseas salir".

Alicia continuó su camino y pronto se encontró con una serie de espejos que reflejaban oscuras versiones de sí misma. Imágenes sombrías que la retaban a sucumbir a los miedos que tanto temía.

"Eres débil, nunca podrás regresar" - murmuraron los espejos al unísono.

"¡No! ¡Soy más fuerte de lo que creen!" - gritó Alicia, tomando valor y arrojando una piedra contra un espejo, que estalló en mil fragmentos.

Al romper un espejo, comenzó a sentirse más ligera. La Gata de Sombra reapareció frente a ella.

"Lo has hecho, has enfrentado tu miedo. Solo queda una prueba más: debes confrontar a la Reina Sombra" - dijo, mientras guiaba a Alicia hacia un palacio sombrío que se erguía entre la neblina.

La Reina Sombra era una figura imponente, con una mirada penetrante y una voz que resonaba en el aire.

"¿Por qué has venido, pequeña intrusa?" - preguntó la Reina, con tono amenazante.

"He venido a enfrentar mis miedos y encontrar el camino a casa" - respondió Alicia, con firmeza.

La Reina rió, pero Alicia no se dejó intimidar.

"Tu poder reside en el miedo, y yo lo rechazo" - declaró, con la voz temblando, pero con determinación.

"Si eso es lo que deseas, entonces, enfrentemos el último desafío: un laberinto de sombras" - dijo la Reina, extendiendo su mano hacia un oscuro pasillo interminable.

Alicia respiró hondo y comenzó a navegar por el laberinto, recordando cada paso que había tomado en su vida. Con cada paso, las sombras se desvanecían y la luz comenzó a filtrarse. Finalmente, logró encontrar la salida.

Al salir, la Gata de Sombra la esperaba.

"Has vencido tus miedos. Ahora puedes regresar a casa" - sonrió la Gata, desapareciendo en la bruma.

Alicia, aliviada, corrió por el sendero luminoso hasta que, de repente, saltó y cayó de nuevo en su jardín, con el Conejo Blanco mirándola.

"¿Dónde estuviste?" - preguntó el Conejo, preocupado.

"Por un momento estuve perdida en mis sombras, pero ahora sé que siempre tengo la fuerza para regresar" - respondió Alicia, llena de nuevos aprendizajes y valentía.

Y así, con esa experiencia aterradora, volvió a su hogar, más fuerte que antes, siempre dispuesta a enfrentar sus miedos.

FIN.

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