Alicia en el país del reciclaje
Era un día radiante en el que Alicia decidía salir a jugar al parque. Mientras corría, recogió una botella de plástico que había quedado tirada en el suelo y, al arrojarl a un tacho de basura cercano, sintió un leve temblor en el suelo. De repente, una luz blanca la envolvió y, cuando sus ojos se acostumbraron, se encontró en un lugar maravilloso: el País del Reciclaje.
"¡Hola, Alicia!" - dijo una voz suave. Era un pequeño hada llamada Recy que volaba alrededor de ella.
"¿Dónde estoy?" - preguntó Alicia, maravillada.
"Estás en el País del Reciclaje, donde todos los desperdicios se convierten en tesoros. Ven, te mostraré todo lo que hacemos aquí" - respondió Recy, moviendo sus alas de colores brillantes.
Alicia siguió a Recy a través de un paisaje lleno de colores vibrantes. Había árboles hechos de cartón reciclado y flores que brotaban de latas viejas. En el centro, encontraron un gran castillo construido con botellas de vidrio.
"¿Qué es todo esto?" - preguntó Alicia, asombrada.
"Aquí transformamos los residuos en nuevos recursos. Cada cosa que consideras basura tiene el potencial de convertirse en algo útil" - explicó el hada.
Recy llevó a Alicia al taller del Señor Cilindro, un anciano sabio que se especializaba en reciclaje. Había mesas llenas de objetos abandonados que pronto renacerían como algo nuevo.
"¿Cómo lo logran?" - inquirió Alicia, intrigada.
"La clave está en la imaginación. Si aprendemos a ver el valor en lo que otros desechan, podemos crear un mundo más bonito y limpio" - respondió el Señor Cilindro, dándole un sombrero hecho de tapitas de plástico.
Alicia se sintió inspirada. Junto con Recy, comenzaron a crear arte con los materiales reciclados. Juntaron papeles, latas y botellas para hacer figuras. Había una escultura de un pez que brillaba con colores del arcoíris y una mariposa que revoloteaba delicadamente entre las flores de cartón.
"¡Es hermoso!" - exclamó Alicia emocionada.
"Cada uno de estos objetos tiene una historia, y nosotros les damos una nueva vida" - explicó Recy.
Pero no todo era color de rosa. De repente, una sombra oscureció el cielo. Era el Dragón de la Contaminación, una criatura que se alimentaba de basura y desechos. Su aliento producía humo negro, y dejaba todo marchito a su paso.
"¡No permitiré que conviertan mi hogar en un basurero!" - rugió el Dragón.
Alicia y Recy sintieron miedo, pero decidieron actuar.
"¡Necesitamos movilizar a todos aquí!" - gritó Alicia, determinada.
Reunieron a los habitantes del País del Reciclaje: las flores, los árboles y los objetos reciclados. Juntos, formaron un plan. Crearon una trampa hecha de plásticos, y cuando el Dragón de la Contaminación se acercó, lo atraparon con redes de papel y plástico,
"No puedes destruir lo que hemos construido con tanto cariño" - dijo Recy, enfrentándose al Dragón.
"¡¿Qué podéis hacer? ! ¡Soy muy poderoso!" - se burló el Dragón, pero Alicia, con su valentía, corrió hacia él.
"Todos podemos ser parte de la solución, juntos somos más fuertes! No necesitamos luchar, podemos enseñarte a reciclar y a crear cosas hermosas" - dijo Alicia, firme.
El Dragón, sorprendido por la valentía y la verdadera bondad de Alicia, escuchó su propuesta. Era cierto, él había estado devastando el país por su hambre de desechos, pero jamás había sido educado sobre cómo podía cambiar.
"¿De verdad hay una forma de ser útil?" - preguntó el Dragón.
Alicia asintió: "Sí, puedes aprender a reciclar y transformar tu aliento de humo en algo bonito" - y lo condujo hacia el taller del Señor Cilindro.
Con el tiempo, el Dragón se convirtió en el mejor reciclador del país. Junto a Alicia y Recy, empezó a crear objetos útiles y decorativos, y juntos impidieron que el país volviera a estar en peligro.
Finalmente, Alicia entendió que siempre se puede cambiar, y que incluso los que parecen ser los más fieros pueden descubrir su esencia positiva. Cuando el sol comenzó a ponerse, sintió que era hora de volver a casa.
"Gracias, Recy. He aprendido mucho aquí y no olvidaré lo que vi" - dijo Alicia con una sonrisa al hada.
"Nunca lo olvides. Reciclar es cuidar a nuestro planeta" - respondió Recy mientras una luz brillante la envolvía nuevamente.
Cuando despertó en su jardín, Alicia sabía que tenía una misión: enseñarle a los demás cómo reciclar y cuidar el mundo que habitaban. Con una sonrisa, corrió a buscar a sus amigos, lista para compartir las maravillas que había aprendido en el País del Reciclaje.
FIN.