Alicia y el Misterio de la Selva



Había una vez una chica llamada Alicia que vivía en la exuberante amazonía de Perú. Ella era muy inteligente y curiosa, y disfrutaba aprender sobre la naturaleza que la rodeaba. Sus días transcurrían entre la alegría de los árboles, el canto de los pájaros y el murmullo del río que pasaba cerca de su casa.

Un día, mientras estaba almorzando con su familia, notó que en el claro del bosque se estaba llevando a cabo una reunión de los animales. Era un evento muy inusual. Alicia decidió acercarse sigilosamente para escuchar.

"- ¿Qué está pasando aquí?", preguntó un curioso loro, que se había percatado de su presencia.

"- Hay una gran preocupación entre los animales", respondió un jaguar con voz grave. "- La selva está en peligro. Hay extraños que están talando nuestros árboles y llevándose nuestros hogares."

"- ¿Pero por qué lo hacen?", preguntó Alicia, cada vez más interesada en la conversación.

"- Ellos no entienden que la selva es nuestra casa. Solo ven el dinero que pueden ganar", dijo una ardilla llena de angustia.

Alicia sintió un ardor en su corazón. ¿Cómo podrían ayudar? Decidió actuar. "- Tal vez podamos hacer algo para mostrarles lo valiosa que es nuestra selva. Podemos organizar un festival. Así, los humanos verán la belleza y la importancia de nuestra casa."

Los animales animaron a Alicia con sus murmullos y chirridos entusiastas. "- ¡Sí! ¡Eso es!", gritó el loro. "- Tendremos danzas y cuentos para compartir. Mostraremos la selva tal como es: un lugar mágico!"

Alicia se puso manos a la obra. Con la ayuda de los animales, comenzaron a preparar el festival. Las ardillas tejieron coloridos adornos con hojas, los pájaros prepararon un hermoso espectáculo musical, y el jaguar se encargó de contar leyendas sobre la selva.

El día del festival, llegaron muchos humanos por la curiosidad. Vieron las danzas vibrantes, escucharon las historias cautivadoras y se maravillaron de la belleza de la amazonía. Alicia subió al escenario, rodeada de sus amigos animales, y tomó un profundo respiro.

"- Queridos amigos, estamos aquí para celebrar nuestra casa, la selva. Les pedimos que la cuiden, porque si seguimos talando, perderemos no solo árboles, sino ecosistemas enteros y la magia que hay en nuestra naturaleza."

La multitud escuchó con atención. Muchas personas comenzaron a aplaudir. Alicía sintió que la esperanza llenaba el aire. Un hombre mayor se acercó y dijo:

"- Nunca lo había pensado de esta manera. Gracias por abrirnos los ojos."

Al finalizar el festival, los humanos prometieron cuidar de la selva. Alicia, con una sonrisa de satisfacción, se despidió de los animales.

"- Juntos podemos hacer la diferencia!", gritó el jaguar mientras todos lo rodeaban.

Alicia sabía que aún había un largo camino por recorrer, pero por ahora, había sembrado una semilla de esperanza. Con su valentía, inteligencia y amor por la selva, había dejado una huella significativa en el corazón de las personas. Y así, la selva continuó siendo un lugar lleno de vida gracias a la valiente acción de una niña que soñaba con un mundo mejor.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!