Alicia y el misterioso jardín


Alicia era una niña muy tímida. Le costaba mucho hablar con otros niños en el colegio y siempre se sentía incómoda en lugares nuevos. Un día, mientras paseaba por el parque, encontró un misterioso jardín detrás de unos arbustos.

Al acercarse, notó que las flores brillaban con colores nunca antes vistos. Intrigada, decidió adentrarse en el jardín. Al caminar entre los senderos, vio a una mariposa que parecía querer mostrarle algo.

La siguió hasta llegar a un claro donde había una fuente rodeada de lindas flores blancas. De repente, la fuente comenzó a brillar y de ella surgió un hada pequeñita. -¡Hola, Alicia! Soy Luna, el hada del jardín. Veo que eres una niña tímida.

Pero no te preocupes, este es un lugar mágico donde podrás vencer tus miedos. Luna le explicó que cada flor del jardín representaba una emoción y que debía recolectarlas para superar su timidez. Animada por el hada, Alicia comenzó su aventura.

Con valentía, recolectó la Flor de la Confianza, la Flor del Coraje y la Flor de la Amistad, entre otras. Con cada flor que obtenía, se sentía más segura de sí misma.

Finalmente, cuando solo faltaba una flor por recolectar, se encontró con un grupo de niños que necesitaban ayuda. Sin dudarlo, Alicia les tendió una mano y juntos resolvieron el problema. En agradecimiento, los niños le regalaron la última flor, la Flor del Valor.

Llena de emoción, volvió al claro de la fuente donde Luna la esperaba. -Has demostrado que eres valiente, amable y solidaria, Alicia. Ahora, estas flores mágicas te acompañarán siempre, recordándote la fuerza que llevas dentro.

Desde ese día, Alicia se convirtió en una niña valiente y segura de sí misma, haciendo nuevos amigos y descubriendo que la magia del jardín había florecido en su interior para siempre.

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