Alison y la travesía salvaje


Había una vez una niña llamada Alison que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque. A ella le encantaba explorar y descubrir nuevas aventuras, pero siempre lo hacía con la compañía de sus padres.

Un día, mientras jugaba cerca del bosque, Alison se adentró más y más sin darse cuenta de que había perdido el camino de regreso a casa. El sol comenzaba a ocultarse y el miedo empezó a apoderarse de su corazón.

Alison caminaba sin rumbo fijo tratando de encontrar alguna señal familiar, cuando escuchó un ruido extraño entre los árboles. Se acercó lentamente para investigar y descubrió a un pequeño zorro atrapado enredado en unas ramas.

Sin pensarlo dos veces, Alison corrió hacia él y lo liberó con mucho cuidado. El zorro miró a Alison con gratitud y la guió por el bosque hasta llegar a una clara donde encontraron una cueva.

Dentro de la cueva había otros animales: un conejo asustado, un búho sabio y una ardilla traviesa. Todos ellos habían quedado atrapados en el bosque también. "¡Hola! Soy Alison ¿y ustedes?"- dijo emocionada al verlos. "Hola Alison, soy Tito el conejo"- respondió saltando.

"Yo soy Olivia la ardilla"- agregó dando vueltas alrededor de ellos. "Y yo soy Baltasar el búho"- dijo sabiamente moviendo su cabeza.

Los animales le contaron a Alison cómo habían llegado allí y juntos decidieron buscar una forma de regresar cada uno a su hogar. Baltasar, con su gran sabiduría, les dijo que debían seguir las estrellas para encontrar el camino de vuelta. Todos siguieron sus consejos y comenzaron a caminar en silencio mientras miraban al cielo.

Después de un largo camino, vieron una luz brillante a lo lejos y se dieron cuenta de que era la luna llena iluminando el sendero hacia sus hogares. Alison siguió el rastro hasta llegar a su pueblo.

Estaba tan feliz de haber encontrado el camino correcto, pero también estaba triste por despedirse de sus nuevos amigos animales. "Gracias por ayudarme a regresar"- dijo Alison. "¡De nada! Fue un placer conocerte"- respondió Tito.

"Siempre recuerda que cuando te pierdas, mira las estrellas y la luna te guiará"- añadió Olivia. "Y no olvides llevar contigo siempre tu valentía y amabilidad"- concluyó Baltasar. Alison abrazó a cada uno de ellos y prometió volver para visitarlos pronto.

Ahora sabía que nunca estaría verdaderamente perdida mientras mantuviera la valentía en su corazón y confiara en sí misma. Desde ese día, Alison aprendió muchas cosas sobre la naturaleza y los animales del bosque.

Compartió sus experiencias con todos en su pueblo e inspiró a otros niños a explorar con responsabilidad y respeto por la naturaleza. Y así fue como Alison encontró más que solo el camino hacia casa; encontró amistad, sabiduría y aventuras inolvidables en aquel mágico bosque.

Dirección del Cuentito copiada!