Allegra y el Gran Baile del Bosque



Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de un bosque mágico, una nena divertida y risueña llamada Allegra. Con solo un año de edad, Allegra tenía una energía contagiosa y le encantaba bailar y jugar. Cada mañana, al despertar, se ponía su vestido colorido y comenzaba su día con una canción alegre que inventaba al instante.

Una soleada mañana, mientras Allegra jugaba con sus bloques de colores, su mamá la llevó al bosque. Era un lugar lleno de árboles altos, flores de mil colores y el canto de los pájaros. Nunca había ido allí antes, y todo parecía una aventura nueva.

- “¡Mirá, mamá! ¡Las flores están bailando! ” - exclamó Allegra al ver cómo el viento movía suavemente las patitas de las flores.

- “Sí, mi amor. Parece que están felices, igual que vos cuando bailas” - respondió su mamá sonriendo.

Mientras exploraban el bosque, Allegra notó algo raro: todos los animales estaban reunidos y parecían muy preocupados.

- “¿Qué les pasa, amigos? ” - preguntó Allegra, acercándose a ellos.

Un conejo blanco, que era el más viejo del bosque, se acercó a ella y dijo:

- “Estamos organizando el Gran Baile del Bosque, pero ninguno de nosotros sabe cómo bailar bien. Solo tú tienes esa energía tan especial. ¡Necesitamos tu ayuda! ”

Allegra se emocionó al ver el entusiasmo de los animalitos y decidió que iba a ayudarles.

- “No se preocupen, les enseñaré a bailar. ¡Va a ser muy divertido! ” - dijo con una sonrisa amplia.

Comenzaron los ensayos. Allegra enseñó a los pájaros a mover sus alas al ritmo de la música, a los ciervos a saltar y a los erizos a rodar. Cada uno aprendió algo diferente y poco a poco el bosque se llenó de risas y música.

Pero un día, mientras practicaban, se presentó una gran tormenta que asustó a todos. Los animales comenzaron a esconderse y a perder la confianza.

- “Ay, ¿y ahora qué haremos? ” - preguntó el conejo, temblando un poquito.

- “¡No se preocupen! Las tormentas pasan y el sol vuelve a brillar. ¿Qué tal si hacemos un baile para olvidarnos del miedo? ” - propuso Allegra, con una sonrisa valiente.

La idea de Allegra animó a todos. Se refugiaron en una cueva y, mientras la lluvia caía afuera, comenzaron a bailar y cantar los ensayos que habían practicado.

Literalmente, la cueva vibraba con las risas y los saltos de Allegra y sus amigos. La tormenta, que al principio parecía aterradora, comenzó a sonar como una música única y mágica.

- “¡Miren, la lluvia se ha convertido en nuestro ritmo! ¡¡Bailen con alegría! ! ” - gritó Allegra entre risas, logrando que todos se unieran a su bailoteo.

Cuando la tormenta finalmente pasó, el sol salió con fuerza, iluminando el bosque como si todo lo que había sucedido fuera un propio cuento de hadas. Los animales decidieron que el Gran Baile del Bosque se llevaría a cabo esa misma tarde, con ellos danzando por la alegría que habían compartido, libres de miedos.

Al llegar la tarde, el bosque se llenó de luces, música y alegría. Allegra fue la estrella del baile, enseñando a todos los movimientos que había compartido con ellos. Todos se divirtieron tanto que el baile se convirtió en una tradición que celebraban cada año. Desde ese día, cada vez que había una tormenta, los animales recordaban el baile en la cueva y enfrentaban cualquier temor con alegría.

Y así, con su ingenio y su hermoso corazón, Allegra demostró que la verdadera magia reside en la alegría de compartir momentos y ayudarse mutuamente en cada aventura de la vida.

FIN.

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