Alma y su Parque Mágico



Había una vez una rana llamada Alma que vivía en un hermoso estanque rodeado de árboles y flores. Alma era muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, decidió salir del estanque y explorar el parque que estaba al lado. Alma saltaba felizmente por el césped cuando de repente se encontró con su amiga Mariposa. Mariposa era muy sabia y siempre tenía algo interesante que contar.

"¡Hola Alma! ¿Qué te trae por aquí?", preguntó Mariposa con su dulce voz. "Hola Mariposa, solo estoy explorando el parque", respondió Alma emocionada. Mariposa sonrió y dijo: "El parque está lleno de sorpresas, pero también tiene algunos desafíos. Te enseñaré cómo enfrentarlos".

Con entusiasmo, Alma siguió a Mariposa mientras volaban juntas hacia un camino bordeado de arbustos altos. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del otro lado de los arbustos. "¿Qué será eso?", preguntó Alma asustada.

Mariposa se acercó a investigar y vio a un grupo de niños jugando con sus cometas. Les explicó a las dos que no había nada de qué preocuparse, ya que solo eran niños divirtiéndose. Alma se sintió aliviada y decidió acercarse para ver cómo volaban las cometas.

Los niños la recibieron con alegría y le pidieron a Alma si quería jugar con ellos. "¡Claro!", respondió ella emocionada. Y así pasaron la tarde divirtiéndose y riendo juntos.

Cuando el sol comenzó a ponerse, Alma y Mariposa se despidieron de los niños y continuaron su exploración por el parque. Caminaron hasta llegar a un estanque lleno de nenúfares hermosos. "¡Mira, Mariposa! ¡Qué lindas flores!", exclamó Alma mientras saltaba de emoción.

Mariposa sonrió y dijo: "Es cierto, pero ten cuidado con los nenúfares resbaladizos". Alma decidió acercarse a uno de los nenúfares para observar más de cerca las flores. Sin embargo, perdió pie y empezó a hundirse en el agua.

"¡Ayuda, Mariposa!", gritó Alma asustada. Mariposa voló rápidamente hacia ella y le ofreció una hoja grande para que pudiera agarrarse. Con esfuerzo, Alma logró salir del agua y aprender la importancia de tener precaución al acercarse al estanque.

Después de ese susto, Alma y Mariposa continuaron su aventura por el parque. Llegaron a un árbol enorme donde encontraron una ardilla llamada Rocky trepando por las ramas.

Rocky saludó amablemente a Alma y Mariposa: "Hola amigos, ¿quieren ver qué tan alto puedo llegar?". Los tres animales miraron fascinados cómo Rocky subía cada vez más alto en el árbol. Pero cuando intentó bajar nuevamente, se dio cuenta de que tenía miedo a las alturas.

"¡No puedo bajar!", exclamó Rocky temblando de miedo. Alma recordó cómo Mariposa la había ayudado y decidió hacer lo mismo por Rocky. Buscó una rama más baja y le ofreció su ayuda para que pudiera bajar con seguridad.

Rocky se sintió aliviado y agradecido, aprendiendo así que siempre hay alguien dispuesto a ayudar cuando tenemos miedo o nos enfrentamos a un desafío.

Al final del día, Alma se dio cuenta de que el parque no solo era un lugar lleno de aventuras, sino también de amistad y aprendizaje. Aprendió a no tener miedo de los desconocido, a ser cautelosa en situaciones nuevas y sobre todo, a estar ahí para los demás.

Desde ese día, Alma visitaba el parque regularmente para disfrutar de nuevas experiencias junto a sus amigos Mariposa y Rocky. Juntos descubrieron que cada día es una oportunidad para aprender algo nuevo y crecer como individuos.

Y así fue cómo Rana con Alma encontró felicidad en el parque mientras exploraba el mundo que la rodeaba.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!