Alonso y el Misterio de la Nieve en Londres
Era diciembre y Alonso estaba a punto de salir de vacaciones con su familia a Londres. Mirando por la ventana, el viento frío agitaba las hojas de los árboles y él pensaba en lo que le esperaba.
- ¡Qué frío va a hacer! -exclamó Alonso entusiasmado, mientras veía cómo su mamá empacaba la valija.
- Pero también habrá mucha diversión, ¡y nieva en esta época! -dijo su mamá, sonriendo al ver la emoción de Alonso.
Así que se subieron al avión y, tras un vuelo lleno de risas y juegos, finalmente llegaron a la fría Londres. Cuando salieron del aeropuerto, un viento helado les dio la bienvenida, pero eso no detuvo al pequeño Alonso.
- ¡Mirá eso! -señaló Alonso, mientras contemplaba la emblemática torre del Big Ben.
- ¿Y el puente de Londres? -dijo su hermana, Valentina, mientras caminaban de la mano.
- ¡Vamos a verlo! -gritó Alonso, dando saltos de alegría.
Día tras día, la familia de Alonso exploró la ciudad. Hicieron muñecos de nieve en Hyde Park, disfrutaron de chocolate caliente en una cafetería, y hasta patinaron sobre hielo.
- ¡Esto es increíble! -gritó Alonso mientras giraba sobre sus patines.
Pero un día, mientras paseaban por el mercado de Camden, algo inusual ocurrió. Un misterioso mapa resbaló de los brazos de un anciano y aterrizó a los pies de Alonso.
- ¡Mirá lo que encontré! -dijo Alonso, mostrando el mapa a su familia.
El mapa tenía una marca en un lugar cercano.
- Tal vez sea un tesoro escondido -dijo Valentina, con los ojos brillantes.
- ¡Vamos a encontrarlo! -sugirió Alonso emocionado.
Así que decidieron seguir el mapa. Caminando, caminaron y caminaron hasta llegar a un pequeño parque que no conocían. El cálculo mostró que la marca estaba justo bajo un viejo árbol.
- ¡Aquí! -gritó Alonso, corriendo hacia el árbol.
El viento sopló fuerte, y con un poco de esfuerzo, comenzaron a cavar con sus manos.
- ¡No puedo creer que hagamos esto! -dijo Valentina.
Finalmente, encontraron un pequeño cofre. Alonso y Valentina lo abrieron juntos.
- ¡Wow! -exclamaron ambos al unísono al ver juguetes, dulces y un viejo libro de cuentos.
- Este debe ser el tesoro de la amistad -dijo su papá, sonriendo.
Alonso y su hermana compartieron los juguetes y los dulces con otros niños del parque, y decidieron llevar el libro al hotel para leerlo cada noche en familia.
- Esto ha sido la mejor aventura de nuestras vacaciones -dijo Alonso, con una sonrisa, sintiendo que el frío no era nada comparado con la calidez de su familia.
Las vacaciones de invierno en Londres resultaron ser mucho más que solo diversión en la nieve; se convirtieron en una inolvidable aventura llena de amistad y nuevos recuerdos.
Y así, aunque el frío seguía presente, el calor del corazón de la familia de Alonso iluminaba su camino, dondequiera que fueran.
- ¡Hasta la próxima, Londres! -despidió Alonso mientras se subían al avión de regreso.
Las vacaciones terminaron, pero la increíble historia y la unión familiar que encontraron en la aventura del tesoro nunca desaparecerían, llevándose toda la magia de su tiempo en la ciudad, y una historia que contar en cada reunión familiar por muchos años después.
FIN.