Amado y la fuerza de la amistad


En una escuela privada en México, había un niño venezolano llamado Amado que era muy inteligente y amable, pero desafortunadamente sufría de bullying por parte de algunos compañeros.

Lo molestaban por ser extranjero y diferente a ellos, lo cual entristecía mucho a Amado. Un día, llegó un nuevo maestro llamado Erick a la escuela. Erick era joven, amigable y siempre tenía una sonrisa en el rostro.

Desde el primer día, notó que algo no estaba bien con Amado y decidió hablar con él para saber qué pasaba. "Hola Amado, ¿cómo estás?", preguntó Erick con simpatía. Amado miró sorprendido al maestro Erick y tímidamente respondió: "Hola profe Erick, estoy bien".

"¿Estás seguro? He notado que te sientes triste últimamente. ¿Puedo ayudarte en algo?", dijo Erick con preocupación. Amado se sintió reconfortado al ver la preocupación genuina del maestro por él y decidió contarle sobre el bullying que estaba sufriendo.

Explicó cómo lo molestaban sus compañeros y cómo eso le hacía sentir mal consigo mismo. Erick escuchó atentamente a Amado y le prometió que haría todo lo posible para ayudarlo.

Al día siguiente, durante la clase, Erick habló con todos los alumnos sobre la importancia de respetar las diferencias de cada persona y ser amables unos con otros. "Chicos, cada uno de ustedes es único e irrepetible.

Es importante tratarnos con respeto y empatía, sin juzgar a los demás por su origen o apariencia", expresó Erick con firmeza pero dulzura. Los compañeros de Amado reflexionaron sobre las palabras del maestro Erick y se dieron cuenta del daño que estaban causando a su amigo venezolano.

Decidieron disculparse sinceramente con Amado y desde ese momento, nunca más volvieron a molestarlo ni hacerle bullying. Amado se sintió feliz al ver el cambio en sus compañeros gracias a la intervención del maestro Erick.

Ahora podía ir a la escuela tranquilo sabiendo que contaba con el apoyo de su nuevo amigo. Con el tiempo, Amado se integró completamente al grupo escolar, demostrando sus habilidades académicas e incluso enseñando algunas palabras en venezolano a sus amigos mexicanos.

La diversidad se convirtió en un valor importante en la escuela gracias a la enseñanza de respeto e inclusión impartida por el profesor Erick.

Y así, entre risas compartidas y muestras de solidaridad, Amado aprendió una valiosa lección: nunca hay que rendirse ante las adversidades porque siempre habrá alguien dispuesto a tender una mano amiga como lo hizo el increíble maestro Erick.

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