Amanda vuela sin miedo


. Cada vez que veía uno, se ponía a temblar y corría hacia su casa para esconderse.

Sus amigos la invitaban a jugar en el parque, pero ella siempre decía que no porque tenía miedo de encontrarse con un abejón. Un día, mientras Amanda estaba jugando sola en su jardín, vio un abejón acercándose a las flores. Se puso tan nerviosa que comenzó a llorar y corrió hacia su casa para refugiarse.

-¿Qué pasa, Amanda? -preguntó su mamá al verla llorando. - ¿Por qué tienes tanto miedo? -Es ese abejón... -respondió Amanda sollozando-. Me da mucho miedo.

-Si te quedas aquí adentro todo el tiempo por miedo a los abejones, te perderás muchas cosas divertidas en la vida -dijo su mamá-. Además, los abejones son importantes para las flores y las plantas porque ayudan a polinizarlas. Amanda escuchaba atentamente lo que le decía su mamá y poco a poco fue dejando de llorar.

De repente recordó algo importante:-¡Mañana es el cumpleaños de mi amiga Sofía! Quiero ir a su fiesta pero va a haber muchos niños afuera y tal vez también haya abejones...

-Si quieres ir a la fiesta de tu amiga, tendrás que enfrentarte a tus miedos -dijo su mamá-. Pero no estás sola: yo estaré contigo todo el tiempo. Al día siguiente, Amanda fue con su mamá a la fiesta de Sofía.

Habían muchas personas afuera del salón de eventos y algunas flores en los jardines cercanos. Amanda estaba nerviosa, pero su mamá le recordó que ella estaría allí para apoyarla. De repente, un abejón se acercó a las flores y Amanda comenzó a temblar.

Pero esta vez, en lugar de correr hacia dentro de la casa, cerró sus ojos y respiró profundamente. Cuando los abrió de nuevo, su mamá la estaba mirando con una sonrisa. -¡Lo lograste! -dijo su mamá-.

Estoy muy orgullosa de ti. Amanda se dio cuenta de que no era tan difícil enfrentarse a sus miedos cuando tenía el apoyo de alguien importante para ella.

Desde ese día en adelante, cada vez que veía un abejón recordaba lo valiente que había sido y cómo había superado ese miedo gracias al amor y cuidado de su mamá. Y así aprendió que con valentía y confianza podía hacer cualquier cosa que se propusiera.

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