Amanda y el mágico club de lectura


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Amanda. Tenía el cabello castaño y unos ojos curiosos que siempre buscaban algo nuevo para descubrir. Aunque era muy inteligente, aún no había aprendido a leer.

Un día, mientras jugaba en su habitación, escuchó un ruido extraño que provenía de su armario. Con cautela, se acercó y lo abrió lentamente. Para su sorpresa, dentro del armario estaba escondida una pequeña hada madrina llamada Maruca.

Maruca tenía alas brillantes y vestía con un hermoso traje lleno de colores vivos. Al ver a Amanda, sonrió y dijo: "¡Hola querida! Soy tu hada madrina Maruca y he venido aquí para ayudarte".

Amanda quedó atónita al ver a la hada madrina frente a ella. No podía creer lo que veían sus ojos.

Con emoción le preguntó: "¿Me puedes enseñar a leer?"Maruca asintió con entusiasmo y sacó de su bolsillo un libro mágico lleno de letras brillantes. Juntas comenzaron las lecciones de lectura todos los días después de la escuela. A medida que Amanda aprendía nuevas palabras y frases, Maruca la llevaba a un mundo mágico cada vez que terminaban una lección exitosa.

Este mundo estaba lleno de árboles parlantes, animales amigables e incluso nubes que formaban palabras en el cielo. Una tarde soleada después de otra lección emocionante, Amanda encontró algo inusual en el bosque encantado del mundo mágico.

Era una puerta misteriosa que parecía llevar a otro lugar desconocido. Llena de curiosidad, Amanda le preguntó a Maruca sobre la puerta y juntas decidieron abrirla.

Al cruzar al otro lado, se encontraron en un enorme castillo lleno de libros gigantes y estanterías infinitas. Allí conocieron al sabio bibliotecario llamado Don Libro, quien les contó historias fascinantes y les enseñó sobre diferentes temas. Amanda estaba encantada con todo lo que aprendía y descubría en aquel maravilloso castillo.

Un día, mientras exploraban el castillo, encontraron un libro especial escondido detrás de una estantería polvorienta. El libro era diferente a los demás: tenía un candado dorado y ninguna letra en su portada.

Intrigadas por el misterio del libro, Amanda y Maruca buscaron la llave para abrirlo. Después de mucho buscar, encontraron la llave bajo una pila de hojas viejas.

Al abrir el libro, algo increíble sucedió: las palabras saltaron fuera de sus páginas formando figuras tridimensionales que cobraban vida frente a sus ojos. Eran personajes fantásticos que habían estado atrapados dentro del libro durante mucho tiempo. Amanda y Maruca se hicieron amigas de los personajes del libro e iniciaron aventuras emocionantes juntos.

Aprendieron sobre valentía junto al valiente caballero Jorge, resolvieron acertijos con el inteligente ratón Serafín y descubrieron nuevos mundos con la intrépida exploradora Valentina. Poco a poco, Amanda se convirtió en una lectora experta y su amor por los libros se hizo más fuerte.

Agradecida por todo lo que había aprendido, decidió compartir su pasión con otros niños de su pueblo.

Junto a Maruca y sus nuevos amigos del libro, Amanda creó un club de lectura donde todos podían disfrutar de las maravillas de la lectura. Cada semana, el club se reunía en el castillo mágico para descubrir nuevas historias y aprender juntos. Amanda nunca dejó de leer ni de explorar el mundo mágico que había descubierto gracias a Maruca.

Aprendió que la lectura no solo era divertida, sino también una puerta hacia infinitas posibilidades y conocimientos.

Y así, con cada página que giraba y cada palabra que leía, Amanda continuó viviendo aventuras emocionantes junto a su hada madrina Maruca en aquel mundo lleno de magia y sabiduría.

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