Amigas de la edad de las brujas
Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas, una casa abandonada conocida como "Casa noche fantasma brujas". Los niños del pueblo contaban historias aterradoras sobre la casa y decían que estaba embrujada por brujas malvadas.
Un día, un grupo de amigos llamados Sofía, Tomás y Juan decidieron explorar la casa. Se acercaron con cautela y vieron que las ventanas estaban rotas y las puertas chirriaban al abrirse.
Al entrar en la casa, descubrieron que estaba llena de polvo y telarañas. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del sótano. Con valentía, bajaron las escaleras para investigar. Allí encontraron a tres ancianas sentadas alrededor de una mesa con velas encendidas.
"¡Son brujas!" gritó Tomás asustado. Pero Sofía se dio cuenta rápidamente de que algo no andaba bien. Las ancianas parecían tristes y solitarias. "¿Por qué están aquí?" Preguntó Sofía suavemente mientras se acercaba a ellas.
Las ancianas explicaron que habían vivido allí durante muchos años hasta que todos los demás habitantes del pueblo se habían mudado o fallecido. No tenían familia ni amigos cercanos para cuidarlas y les resultaba difícil salir de la casa debido a su edad avanzada.
Los niños comprendieron entonces que estas mujeres eran seres humanos comunes y corrientes en lugar de brujas malvadas como pensaban anteriormente. Decidieron ayudarlas llevándoles comida, medicinas e incluso limpiando la casa para que pudieran vivir cómodamente.
Con el tiempo, las ancianas se convirtieron en amigas cercanas de los niños y les contaron historias increíbles sobre la historia del pueblo. Los niños aprendieron a no juzgar a las personas por su apariencia o rumores infundados.
Finalmente, la casa nocturna fantasma brujas dejó de ser un lugar temido por todos en el pueblo. En su lugar, se convirtió en una casa donde tres mujeres mayores podían vivir felices gracias a la ayuda y bondad de unos jóvenes valientes.
Y así, los niños aprendieron una valiosa lección: nunca juzgues un libro por su portada.
FIN.