Amigas de la granja



Llamada Lola. Pati vivía en una hermosa granja rodeada de campos verdes y animales. Sus padres trabajaban duro para cuidar de la granja, por lo que Pati solía pasar mucho tiempo explorando y jugando sola.

Un día, mientras paseaba por los alrededores de la granja, Pati escuchó un débil llanto proveniente del bosque cercano. Siguiendo el sonido, descubrió a una pequeña perrita herida y asustada. Sin dudarlo, decidió llevarla a casa para cuidarla y darle amor.

Pati le dio el nombre de Titi a la perrita y pronto se convirtieron en las mejores amigas.

Juntas corrían por los campos, saltaban charcos de barro e incluso ayudaban a los papás de Pati en las tareas diarias de la granja. Un día soleado, mientras estaban disfrutando del aire fresco en el patio trasero, escucharon risas provenientes de la granja vecina. Pati miró hacia allí y vio a una niña llamada Lola jugando con sus amigos.

Curiosa por conocer nuevas amistades, Pati decidió acercarse a saludar. Al llegar, notó que Lola parecía triste y algo solitaria. Sin pensarlo dos veces, invitó a Lola a jugar con ella y Titi en su granja.

Lola aceptó encantada la invitación y poco a poco comenzaron a compartir aventuras juntas. Las tres niñas se divertían tanto que parecían inseparables. Sin embargo, un día mientras exploraban el bosque juntas encontraron un nido abandonado con unos huevos rotos.

Lola, al verlos, se puso a llorar y dijo que había sido ella quien los había roto accidentalmente. Pati y Titi consolaron a Lola, entendiendo que fue un accidente sin intención.

Juntas decidieron buscar una forma de ayudar a las aves para compensar lo sucedido. Investigaron sobre cómo cuidar huevos y encontraron información valiosa en libros y en internet. Decidieron construir un pequeño refugio para proteger el próximo nido que encuentren.

Con mucho esfuerzo y dedicación, las tres amigas construyeron un hermoso nido artificial cerca del árbol donde habían encontrado los huevos rotos. Además, colocaron comida cerca para asegurarse de que las aves tuvieran todo lo necesario para criar a sus polluelos.

Días después, mientras revisaban el nido artificial, descubrieron con alegría que una madre pájaro había hecho de él su hogar y estaba incubando nuevos huevos. Las niñas sintieron una gran satisfacción al ver que habían podido ayudar a la naturaleza.

A partir de ese momento, Pati, Titi y Lola se convirtieron en guardianas del bosque. Juntas aprendieron sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y proteger a todas las criaturas vivientes.

La granja se llenó de vida gracias a la amistad entre Pati, Titi y Lola. Cada día era una nueva aventura llena de risas, aprendizaje y amor por la naturaleza.

Y así fue como estas tres amigas demostraron que cuando nos unimos podemos hacer grandes cosas por el mundo que nos rodea.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!