Amigas en Acción



Era un caluroso día de verano y Juanita estaba emocionada por pasar el día jugando con sus amigas Milena y Sofía. Las tres niñas vivían en el mismo vecindario y siempre se divertían juntas.

Juanita invitó a Milena y Sofía a su casa para jugar en su jardín. Estaban felices, corriendo, saltando y riendo bajo el sol brillante. Sin embargo, mientras jugaban al escondite, una pequeña discusión comenzó a surgir.

- ¡Yo te encontré primero! - exclamó Milena, cruzándose de brazos. - No es cierto, te vi antes pero no quería arruinar tu diversión - respondió Sofía con voz molesta. Las dos amigas empezaron a discutir cada vez más fuerte mientras Juanita las miraba preocupada.

No entendía cómo algo tan divertido podía convertirse en una pelea tan rápida. Decidida a poner fin a la disputa, Juanita intervino:- ¡Hey chicas! ¿Por qué no dejamos de pelear? Estamos aquí para divertirnos juntas, no para enfadarnos.

Vamos a encontrar una solución pacífica. Milena y Sofía se miraron durante un momento antes de asentir con la cabeza. Aunque todavía estaban molestas entre ellas, sabían que Juanita tenía razón. Jugar juntas era mucho más divertido que pelearse.

Después de un breve silencio incómodo, Juanita propuso:- ¿Qué tal si jugamos al juego de obstáculos que mi hermano mayor nos enseñó? Las otras dos niñas se miraron nuevamente antes de aceptar la idea.

Aunque todavía había tensión en el aire, estaban dispuestas a darle una oportunidad. Juanita rápidamente organizó un circuito de obstáculos en su jardín. Había cuerdas para saltar, conos para rodear y neumáticos para pasar por debajo.

Cada una de las niñas se turnaba para completar el circuito mientras las otras animaban y aplaudían. A medida que avanzaba el juego, algo maravilloso comenzó a suceder.

Milena y Sofía se dieron cuenta de que disfrutaban más del juego cuando trabajaban juntas en lugar de pelearse entre ellas. Comenzaron a alentarse mutuamente y a ayudarse cuando tenían dificultades con los obstáculos. Después de varias rondas emocionantes, las tres niñas finalmente terminaron el último obstáculo juntas, riendo y abrazándose.

- ¡Eso fue increíble! - exclamó Milena, sonriendo ampliamente. - Sí, lo hicimos genial trabajando juntas - dijo Sofía con entusiasmo. Juanita estaba feliz de ver cómo sus amigas habían dejado atrás su conflicto inicial y ahora estaban nuevamente unidas como equipo.

- Chicas, aprendimos algo importante hoy: es mucho mejor trabajar juntas y apoyarnos mutuamente que pelearnos por tonterías. Somos más fuertes cuando estamos unidas - les recordó Juanita con cariño.

Las tres amigas asintieron con la cabeza en acuerdo mientras se dirigían hacia la casa de Juanita para tomar una merienda refrescante después del juego. Desde ese día en adelante, Juanita, Milena y Sofía se convirtieron en las mejores amigas.

Aprendieron a resolver sus diferencias de manera pacífica y siempre buscaron la manera de apoyarse mutuamente. Y así, el verano continuó con risas, aventuras y una amistad que nunca más se rompió.

FIN.

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