Amigas Hormonas en busca de la Felicidad



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Felicilandia, cuatro amigas muy especiales: Oxci, Dopa, Sero y Endo.

Cada una de ellas era una hormona de la felicidad y juntas formaban el equipo perfecto para hacer feliz a todo aquel que las rodeara. Un día, mientras recorrían las calles de Felicilandia, se encontraron con un niño triste llamado Nico. Tenía los ojos llenos de lágrimas y su carita reflejaba mucha tristeza.

-¡Hola Nico! ¿Qué te pasa? -preguntó Oxci preocupada por su amigo. -Nada me hace feliz hoy. No tengo ganas de jugar ni de reír. Me siento muy mal -respondió Nico entre sollozos.

Las cuatro hormonas se miraron entre sí y supieron que tenían que ayudar a su amigo a encontrar la felicidad nuevamente. Entonces, decidieron dividirse para buscar diferentes maneras de alegrarlo. Oxci decidió llevar a Nico al parque del amor. Allí había parejas dándose abrazos y besos llenos de cariño.

-Mira Nico, aquí es donde puedes sentir el amor en el aire. La oxitocina es la hormona encargada de hacerte sentir ese sentimiento tan hermoso -dijo Oxci mientras abrazaba al niño. Dopa llevó a Nico al centro deportivo del pueblo.

Allí había niños practicando diferentes deportes y todos lucían sonrisas radiantes en sus rostros. -Nico, cuando haces ejercicio tu cerebro libera dopamina, la hormona que te da energía y motivación ¡Vamos a jugar y divertirnos! -exclamó Dopa emocionada.

Sero llevó a Nico al jardín de las risas, donde había un grupo de personas riendo sin parar. Se contaban chistes y se hacían cosquillas. -Nico, la serotonina es la hormona del bienestar y la felicidad.

Aquí podrás reírte mucho y sentirte mejor -le explicó Sero mientras le hacía cosquillas en el vientre. Por último, Endo decidió llevar a Nico al rincón de las lágrimas.

Era un lugar especial donde todos podían llorar y desahogarse sin temor a ser juzgados. -Nico, sé que llorar no siempre es malo. La endorfina es la hormona que se activa cuando nos desahogamos. A veces necesitamos liberar nuestras emociones para sentirnos mejor -dijo Endo mientras abrazaba al niño.

Después de pasar tiempo con cada una de las hormonas, Nico comenzó a sentirse diferente. Su tristeza comenzaba a desvanecerse poco a poco. -¡Chicos! ¡Gracias por ayudarme! Me siento mucho mejor ahora -exclamó Nico sonriendo nuevamente.

Las cuatro hormonas sonrieron satisfechas sabiendo que habían cumplido su misión: hacer feliz a su amigo Nico.

Desde ese día en adelante, Oxci, Dopa, Sero y Endo siguieron recorriendo Felicilandia ayudando a todos aquellos que necesitaban un poco más de amor, motivación, bienestar o simplemente una buena dosis de risas o lágrimas para encontrar su felicidad interior.

Y así fue como las cuatro hormonas de la felicidad se convirtieron en las heroínas del pueblo, enseñando a todos que la verdadera felicidad está dentro de cada uno y que siempre hay una manera de encontrarla.

FIN.

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