Amigas por el planeta



Había una vez en la hermosa ciudad de Mazatlán, Sinaloa, dos amigas llamadas Sofía y Valentina. Ambas eran muy curiosas y siempre estaban buscando nuevas aventuras para vivir juntas.

Un día, mientras caminaban por el parque, se dieron cuenta de que había mucha basura regada por todos lados. Sofía levantó una botella de plástico y dijo: "¡Esto es terrible! Nuestra ciudad está muy sucia". Valentina asintió con tristeza y respondió: "Tienes razón, Sofía.

Es hora de hacer algo al respecto". Las dos amigas se miraron con determinación y decidieron que iban a hacer conciencia sobre la contaminación ambiental en su querida ciudad.

Para comenzar su misión, crearon un cartel gigante que decía: "Cuida tu ciudad, cuida el planeta". Lo pegaron en lugares estratégicos donde pudiera ser visto por muchas personas. Una tarde soleada, las chicas organizaron un evento en el parque central.

Invitaron a todos los habitantes de Mazatlán a participar en una limpieza masiva. Muchos vecinos se unieron a ellas con escobas, rastrillos y bolsas para reagarrar toda la basura del lugar. Mientras trabajaban duro para limpiar el parque, Sofía tuvo una gran idea.

Se acercó a Valentina emocionada y le susurró al oído: "- ¿Y si organizamos un concurso entre los niños para crear obras de arte utilizando materiales reciclables?"Valentina sonrió ampliamente y respondió: "- ¡Eso sería fantástico! Podríamos mostrarle a todos que la basura puede convertirse en algo hermoso".

Las chicas pusieron manos a la obra y comenzaron a distribuir volantes por toda la ciudad, invitando a los niños a participar en el concurso. El premio sería una bicicleta nueva para el ganador.

El día del concurso llegó y el parque se llenó de niños entusiasmados con sus obras de arte hechas con materiales reciclables. Había esculturas, pinturas y hasta instrumentos musicales hechos con latas y botellas.

Un jurado formado por artistas locales evaluó todas las creaciones y fue muy difícil elegir al ganador. Finalmente, anunciaron que el primer lugar era para un niño llamado Diego, quien había creado una hermosa mariposa gigante utilizando papel reciclado. Diego estaba tan emocionado que no podía dejar de sonreír.

Sofía y Valentina le entregaron su merecido premio: una bicicleta brillante y reluciente. La noticia sobre el evento se extendió rápidamente por toda la ciudad.

Los habitantes de Mazatlán se dieron cuenta de lo importante que era cuidar su entorno y empezaron a tomar medidas para reducir la contaminación ambiental. Poco a poco, los parques estaban más limpios, las calles más ordenadas y las personas comenzaron a separar sus residuos para reciclarlos correctamente.

Sofía y Valentina habían logrado crear conciencia en su comunidad gracias al poder de la amistad y la creatividad. Desde aquel día, todas las tardes después del colegio, Sofía y Valentina seguían organizando actividades educativas sobre el cuidado del medio ambiente.

Juntos aprendieron a valorar la importancia de mantener su ciudad limpia y sana. Así, Mazatlán se convirtió en un ejemplo para otras ciudades de México.

Y todo esto fue posible gracias al compromiso y el amor por su hogar que Sofía y Valentina demostraron con sus acciones. Y colorín colorado, esta historia ha terminado, pero el cuidado del medio ambiente nunca debe ser olvidado.

FIN.

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