Amigas por siempre


Un jueves por la noche, Manu, Mary y Vale se prepararon para salir a Hunter como lo hacían cada semana. Se pusieron sus mejores atuendos y se maquillaron de forma espectacular.

Cuando llegaron al bar, todos los ojos se volvieron hacia ellas. Eran las más hermosas y divertidas del lugar. Mientras estaban bailando y riendo juntas en la pista de baile, notaron a una chica sentada sola en una mesa cercana.

Tenía lágrimas en los ojos y parecía muy triste. Manu se acercó a ella y le preguntó si estaba bien. La chica respondió que su novio acababa de terminar con ella por teléfono y no sabía qué hacer.

Las tres amigas no dudaron ni un segundo en ayudarla. Le ofrecieron un trago, hablaron con ella y le dijeron que no estaba sola. Le contaron algunos chistes para hacerla reír y le mostraron algunas fotos divertidas que tenían en sus celulares.

La chica comenzó a sentirse mejor gracias al apoyo de Manu, Mary y Vale. Incluso se animó a bailar con ellas durante el resto de la noche. Después de esa noche, las cuatro chicas siguieron siendo amigas inseparables.

Aprendieron que siempre hay alguien que necesita ayuda o compañía, incluso si parece tenerlo todo bajo control. De ahora en adelante, siempre estarían dispuestas a tender una mano amiga sin importar quién lo necesitara.

"Gracias por ayudarme esa noche", dijo la nueva amiga. "No hay problema", respondió Vale sonriendo. "Somos todas una gran familia aquí", agregó Mary. "Y siempre estaremos aquí para ti", aseguró Manu.

Desde entonces, las cuatro amigas seguían saliendo juntas cada jueves a Hunter y se divertían como siempre lo habían hecho. Pero ahora, también sabían que podían hacer una diferencia en la vida de alguien más simplemente siendo amables y solidarias.

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