Amigas por siempre


En un hermoso jardín de flores multicolores vivían dos abejas llamadas Pica y Zumba. Ellas solían pelearse todo el tiempo por cualquier motivo que se les ocurría.

Una tarde, mientras discutían sobre quién era la mejor recolectora de néctar, escucharon un débil zumbido proveniente de una pequeña larva abandonada en una flor. - ¡Mira lo que encontré! -exclamó Pica emocionada. - ¿Qué es eso? -preguntó Zumba con curiosidad.

Se acercaron a la larva y vieron que necesitaba ser cuidada con urgencia. Sin dudarlo, Pica y Zumba decidieron dejar sus diferencias de lado para ayudar a la pequeña criatura. - Debemos alimentarla y protegerla hasta que pueda valerse por sí misma -dijo Pica con determinación.

- Tienes razón, debemos trabajar juntas para cuidarla adecuadamente -respondió Zumba, sorprendida por la actitud solidaria de su compañera. Así comenzaron a cuidar a la larva día y noche.

La alimentaban con el mejor néctar, la resguardaban del frío en las noches y jugaban juntas para entretenerla. Con el tiempo, la larva creció fuerte y sana gracias al amor y dedicación de Pica y Zumba. Un día, la larva finalmente se convirtió en una hermosa abeja adulta.

Al mirarlas agradecida, les dijo:- Gracias por cuidarme cuando más lo necesitaba. Sin su ayuda, no estaría aquí hoy. Pica y Zumba se sintieron felices al ver cómo su esfuerzo había dado frutos.

Comprendieron que trabajar juntas era mucho más gratificante que pelearse constantemente. Desde entonces, Pica y Zumba se convirtieron en grandes amigas inseparables. Aprendieron a valorarse mutuamente, respetando sus diferencias y apoyándose en todo momento.

Y así, entre risas y aventuras compartidas, las dos abejas demostraron que incluso las mejores amistades pueden surgir de situaciones inesperadas si hay voluntad de cambiar y crecer juntas.

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