Amigos al Rescate
Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, cinco amigos muy especiales: Angustia, Felicidad, Amor, Respeto y Solidaridad. Vivían juntos en una casita de colores brillantes al lado del río.
Un día soleado, mientras jugaban en el jardín, escucharon un ruido extraño que venía del bosque cercano. Curiosos como eran, decidieron ir a investigar. Al llegar al bosque, encontraron a un pajarito herido en el suelo.
Angustia se acercó con cuidado y lo tomó entre sus manos. "¡Pobrecito! Está asustado y lastimado", dijo con preocupación. Felicidad saltó de alegría y exclamó: "¡Podemos ayudarlo! Le daremos amor y cuidados para que se recupere". Todos estuvieron de acuerdo y llevaron al pajarito a su casita.
Amor se encargó de prepararle un nido cómodo con hojas secas y ramitas suaves. Solidaridad buscó comida para él en el campo: gusanitos jugosos y semillas dulces. Mientras tanto, Respeto fue a buscar ayuda al pueblo.
Encontró a la señora Rosa, una vecina amable que sabía mucho sobre animales heridos. Ella les enseñaría cómo cuidarlo adecuadamente. Pasaron los días y el pajarito comenzó a recuperarse gracias al amor incondicional que le brindaban sus nuevos amigos.
Un día soleado, cuando ya estaba fuerte nuevamente, decidió volar por primera vez desde la ventana abierta de la casita. Todos estaban emocionados, pero Angustia comenzó a sentirse triste.
"¡No quiero que se vaya! Me da miedo que le pase algo malo", dijo con lágrimas en los ojos. Felicidad abrazó a Angustia y le dijo: "Entiendo tus sentimientos, pero el amor también significa dejar ir cuando es lo mejor para alguien".
Respeto asintió y agregó: "Tenemos que confiar en sus instintos y en su capacidad para cuidarse a sí mismo". Con el corazón apretado, permitieron al pajarito volar libremente. Y mientras él surcaba los cielos, una sensación de felicidad invadió sus corazones.
Pasaron los meses y la amistad entre ellos creció aún más fuerte. Juntos ayudaron a otros animales heridos del bosque, siempre recordando la importancia de brindar amor, respeto y solidaridad. Un día recibieron una carta especial. Era del pajarito que habían ayudado tiempo atrás.
En ella les contaba sobre su nueva vida en un lugar cálido y seguro. Les agradecía por haberle dado una segunda oportunidad. La alegría llenó sus corazones al leer las palabras del pajarito.
Supieron entonces que habían hecho algo maravilloso juntos: habían demostrado cómo la angustia puede ser superada con amor, felicidad, respeto y solidaridad.
Desde aquel día, Angustia aprendió que aunque los cambios pueden ser difíciles, siempre hay personas dispuestas a cuidarnos y apoyarnos en cada paso del camino. Y así vivieron felices para siempre, compartiendo su amistad con todos aquellos que necesitaban un poco de luz en sus vidas.
Porque juntos, Angustia, Felicidad, Amor, Respeto y Solidaridad demostraron que los verdaderos amigos son aquellos que están dispuestos a ayudar sin importar las circunstancias.
FIN.