Amigos bajo el agua
Había una vez un gato llamado Tom y un ratón llamado Jerry que vivían en la misma casa. Aunque eran enemigos naturales, también eran muy curiosos y siempre estaban buscando nuevas aventuras juntos.
Un caluroso día de verano, Tom y Jerry estaban aburridos en casa. El sol brillaba intensamente afuera y podían escuchar a los niños del vecindario riendo y divirtiéndose en la piscina.
Eso les dio una gran idea: ¡también querían ir a nadar! Sin pensarlo dos veces, Tom y Jerry salieron corriendo hacia la piscina del vecindario. Al llegar, se dieron cuenta de que no iba a ser tan fácil para ellos entrar al agua como lo era para los niños.
Tom miró con tristeza las altas paredes de la piscina y suspiró. "Jerry, parece que estamos atrapados aquí fuera", dijo desanimado. Jerry, sin embargo, no se dio por vencido tan rápido. Con su agudo ingenio de ratón, tuvo una idea brillante.
"¡No te preocupes, Tom! Podemos buscar algo para ayudarnos a entrar", exclamó emocionado. Los dos amigos comenzaron su búsqueda por el patio trasero en busca de algún objeto útil.
Después de mucho buscar entre arbustos y macetas, encontraron una tabla larga escondida detrás del cobertizo. "¡Esta tabla nos servirá perfectamente!" gritó Jerry emocionado mientras arrastraba la tabla hasta el borde de la piscina.
Con mucho cuidado e ingenio, Tom subió sobre la tabla mientras Jerry lo empujaba desde abajo. Justo cuando Tom estaba a punto de caer al agua, hizo un salto perfecto y aterrizó en el borde de la piscina. "¡Lo logramos!" exclamó Tom, emocionado. "Ahora es tu turno, Jerry".
Jerry subió con cuidado sobre la tabla y se preparó para saltar. Pero justo cuando estaba a punto de hacerlo, una ráfaga de viento sopló y movió la tabla bajo sus patas. Jerry perdió el equilibrio y cayó al agua.
Tom se lanzó inmediatamente al agua para rescatar a su amigo ratón. Nadando con todas sus fuerzas, Tom llegó hasta donde Jerry estaba luchando por mantenerse a flote.
Con valentía y determinación, Tom agarró a Jerry y lo llevó hasta el borde de la piscina. Los dos amigos salieron del agua empapados pero seguros. Mientras tosían y recuperaban el aliento, Tom miró a Jerry con preocupación. "¿Estás bien?" preguntó entre jadeos. Jerry sonrió débilmente y asintió.
"Sí, gracias a ti estoy bien", respondió con gratitud. En ese momento, los niños del vecindario se acercaron corriendo hacia ellos. Habían visto todo desde lejos y estaban impresionados por el acto heroico de Tom al rescatar a Jerry.
"¡Eres increíble!" exclamaron los niños mientras rodeaban a los dos amigos animales. Tom miraba sorprendido cómo todos los niños lo aplaudían y le daban palmadas en la espalda.
Se dio cuenta de que aunque él era un gato y Jerry era un ratón, habían demostrado que la amistad y el trabajo en equipo eran más fuertes que cualquier diferencia. A partir de ese día, Tom y Jerry se convirtieron en héroes locales.
Los niños los invitaban a todas sus fiestas y actividades, recordando siempre cómo trabajaron juntos para superar un obstáculo.
Y así, Tom y Jerry aprendieron una valiosa lección: no importa cuán diferentes sean dos personas, si trabajan juntas y se ayudan mutuamente, pueden superar cualquier desafío que se les presente. Y eso es lo que hicieron Tom y Jerry, enseñándonos a todos la importancia de la amistad sincera y el apoyo incondicional.
FIN.