Amigos bajo el cielo



Había una vez, en la selva más profunda y misteriosa, dos amigos muy especiales: Luna y Estrella.

Luna era una hermosa luna llena que brillaba en el cielo todas las noches, mientras que Estrella era una pequeña estrella fugaz que siempre estaba dispuesta a hacer travesuras. Un día, mientras jugaban entre los árboles, escucharon un ruido extraño proveniente de lo más profundo de la selva. Curiosos como eran, decidieron seguir el sonido para descubrir qué lo estaba causando.

Al llegar al lugar del ruido, se encontraron con un grupo de animales asustados que estaban tratando de escapar de un enorme incendio forestal. Los pobres animales no sabían qué hacer ni a dónde ir.

Luna y Estrella sintieron mucha tristeza al verlos así y decidieron ayudarlos.

Juntos idearon un plan: Luna usaría su luz para guiar a los animales hacia un riachuelo cercano donde podrían refugiarse del fuego, mientras Estrella volaría por encima de ellos para asegurarse de que todos llegaran sanos y salvos. Con la ayuda de Luna y Estrella, los animales siguieron el resplandor lunar hasta el riachuelo. El agua fresca les brindó protección contra las llamas y pronto todos estuvieron a salvo.

Pero la aventura aún no había terminado. Mientras los animales disfrutaban del agua refrescante, vieron cómo unas plantas venenosas comenzaban a rodearlos. Parecía que habían caído en otro peligro.

Sin pensarlo dos veces, Luna decidió brillar aún más fuerte para iluminar el camino de escape. Estrella, por su parte, voló rápidamente entre las plantas venenosas para abrirles paso a los animales.

Gracias a la valentía y astucia de Luna y Estrella, todos los animales lograron escapar sanos y salvos una vez más. Los pequeños amigos se sintieron muy felices al ver cómo su ayuda había marcado la diferencia en la vida de esos seres tan especiales.

A partir de ese día, Luna y Estrella se convirtieron en los guardianes de la selva. Cada noche, Luna brillaba con todo su esplendor para iluminar el camino de los animales nocturnos, mientras que Estrella velaba por ellos desde lo alto del cielo.

Los demás animales estaban muy agradecidos por tener a Luna y Estrella como sus protectores. Aprendieron que trabajar juntos y ayudarse mutuamente era la clave para superar cualquier obstáculo.

Y así, Luna y Estrella demostraron que incluso en medio de la oscuridad más profunda siempre hay un rayo de luz dispuesto a guiar el camino hacia un futuro mejor.

FIN.

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