Amigos bajo el Hechizo


Había una vez un hermoso árbol en medio de un parque. Era un árbol muy especial, ya que tenía la capacidad de hablar y entender a los animales que vivían a su alrededor.

Un día, el perro llamado Toby se acercó al árbol y le dijo: "Hola, señor Árbol. ¿Cómo está hoy?". El árbol respondió amablemente: "Hola, Toby. Estoy bien, gracias. ¿Y tú?". Toby movió su cola emocionado y respondió: "Estoy genial.

Quería preguntarte si podrías ayudarme con algo". El árbol curioso preguntó: "Claro, Toby. ¿En qué puedo ayudarte?". Toby explicó que había encontrado a un pequeño gato abandonado en el parque y no sabía qué hacer.

Le preocupaba que el gatito no tuviera un hogar ni comida. El árbol pensó por un momento y luego dijo: "No te preocupes, Toby. Conozco a una buena señora llamada Doña Clara que vive cerca del parque.

Ella ama a los animales y estoy seguro de que estará dispuesta a cuidar del gatito". Toby siguió las indicaciones del árbol hasta llegar a la casa de Doña Clara.

Tocó la puerta con su pata e hizo ruidos para llamar su atención. Doña Clara abrió la puerta y exclamó sorprendida: "¡Oh! Hola, Toby. ¿Qué te trae por aquí?"Toby movió su cola frenéticamente mientras llevaba a Doña Clara al lugar donde encontró al gato abandonado.

Al ver al pequeño gato, Doña Clara se conmovió y dijo: "Pobrecito. No puedo dejarlo aquí solo. Lo llevaré a casa y lo cuidaré". El gatito estaba asustado al principio, pero rápidamente se dio cuenta de que estaba en buenas manos.

Doña Clara le dio un nombre: Minino. A partir de ese día, Toby visitaba a Minino todos los días para jugar juntos en el parque.

Y el árbol siempre los observaba desde lejos, feliz de haberlos ayudado a encontrar compañía y amor. Un día, mientras jugaban cerca del árbol, Toby notó algo extraño. Había una escoba abandonada junto al árbol.

Toby ladró emocionado: "-Minino, mira lo que encontré! ¡Una escoba mágica!"Minino se acercó cautelosamente y preguntó: "-¿Mágica? ¿En serio?"Toby asintió emocionado y dijo: "-Sí, dicen que esta escoba puede conceder deseos". Los dos amigos decidieron probar si la escoba era realmente mágica.

Cada uno hizo un deseo secreto y luego tomaron turnos para montarse en la escoba. Para su sorpresa, cada deseo se hizo realidad mientras volaban por el cielo. Toby pudo correr tan rápido como quería y Minino tuvo todo el pescado que podía comer.

Pero cuando llegaron al final de su aventura mágica, Toby recordó algo importante: "-Minino, nuestra amistad es más valiosa que cualquier deseo cumplido". Minino estuvo de acuerdo y respondió: "-Tienes razón, Toby. Nuestra amistad es el mayor tesoro que tenemos".

Desde ese día, Toby y Minino siguieron siendo los mejores amigos. Jugaban juntos en el parque todos los días, mientras el árbol sonreía feliz al verlos tan unidos.

Y así, la historia del árbol, el perro, el gato, la señora y la escoba mágica se convirtió en una enseñanza para todos: que la amistad verdadera es más valiosa que cualquier deseo material.

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