Amigos complementarios



Había una vez en un bosque encantado dos amigos muy especiales: Mira, el conejo curioso, y Mira, la ardilla traviesa. A pesar de tener el mismo nombre, eran muy diferentes.

Un día soleado, mientras jugaban entre los árboles, Mira el conejo le dijo a su amiga:- ¡Mira, mira, mira que distinto somos! Tú eres tan ágil y saltarina como las hojas en otoño, mientras que yo soy más tranquilo y me gusta explorar cada rincón del bosque.

Mira la ardilla sonrió y respondió:- Es verdad amigo conejo. Pero justamente por ser tan distintos es que nos complementamos tan bien.

Tú me enseñas a disfrutar de la calma y la paciencia, mientras yo te muestro lo divertido que puede ser saltar de rama en rama. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del corazón del bosque. Intrigados decidieron ir juntos a investigar qué era aquello.

Para su sorpresa se encontraron con una pequeña tortuga atrapada entre unas ramas caídas. - ¡Ayuda! ¡Por favor ayúdenme a salir de aquí! - exclamó la tortuga asustada. Sin dudarlo un segundo, Mira el conejo utilizó su agilidad para mover las ramas y liberar a la tortuga.

Por otro lado, Mira la ardilla corrió por algunas nueces para darle de comer a la tortuga luego de su rescate. La tortuga les dio las gracias emocionada y les dijo:- Ustedes dos son realmente increíbles juntos.

Con sus habilidades únicas lograron salvarme. Desde ese día, Mira el conejo y Mira la ardilla comprendieron lo importante que era aceptarse mutuamente tal como eran y valorar sus diferencias.

Se convirtieron en los mejores amigos del bosque y siempre estaban listos para ayudarse el uno al otro ante cualquier adversidad. Y así demostraron que aunque sean muy distintos cada uno tiene algo especial para ofrecer al mundo.

Y colorín colorado este cuento ha terminado pero su mensaje quedará grabado en nuestros corazones para siempre.

FIN.

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