Amigos contra el Ciberbullying
Era una mañana soleada en la escuela primaria, y los estudiantes estaban ansiosos por comenzar su día. Carito, una niña creativa que amaba dibujar, siempre llevaba consigo su cuaderno y un montón de colores. Joaquín, un chico juguetón y divertido, era conocido por su risa contagiosa y su amor por los deportes.
Un día, Joaquín se dio cuenta de que algo extraño estaba sucediendo. Cuando llegó a la escuela, varios compañeros se estaban riendo en un rincón del patio. Curioso, se acercó y vio que estaba en medio de un grupo que había creado un chat en su celular, donde estaban burlándose de Carito.
"¿Por qué se ríen de Carito?" - preguntó Joaquín, frunciendo el ceño.
"Porque sus dibujos son feos. ¡Mirá este que hizo!" - respondió uno de los chicos, mostrando la imagen en la pantalla.
Joaquín sintió que algo en su interior se encendía. No quería que su amiga sufriera. Después de la escuela, decidió hablar con Carito sobre lo que había visto.
"Che, Carito, ¿te puedo preguntar algo?" - comenzó Joaquín, nervioso.
"Sí, Joaquín, ¿qué pasa?" - respondió Carito, mirándolo con curiosidad.
"En el recreo vi a unos chicos burlándose de tus dibujos en un chat. No está bien lo que hacen. ¿Cómo te sentís?"
Carito se quedó en silencio, sus ojos se llenaron de tristeza.
"Me siento muy mal, Joaquín. No entiendo por qué tienen que burlarse de mí.
Joaquín, al ver la tristeza de su amiga, decidió actuar.
"No te preocupes, Carito. Vamos a hacer algo. Haremos un gran mural en la escuela con tus dibujos. Así todos podrán ver lo talentosa que sos."
A Carito le brillaron los ojos.
"¿De verdad? ¡Eso sería increíble!"
Los dos amigos se pusieron manos a la obra. Juntos, planearon el mural y un tema especial: "La diversidad en el arte". Carito se puso a dibujar, mientras Joaquín organizaba a sus compañeros para que también aportaran sus ideas. Por primera vez, los otros chicos comenzaron a interesarse por el arte de Carito y las distintas maneras de expresarse.
Días después, el mural estaba casi terminado y la escuela se llenó de color. Cuando llegó el día de la inauguración, todos los alumnos y maestros se reunieron para ver el trabajo de Carito en el patio.
"¡Es hermoso!" - exclamó una niña del grupo que antes se había reído.
"Carito, ¡sos increíble!" - dijo otro compañero, sonriendo.
Carito, sorprendida, sintió que algo había cambiado en el aire. La risa y el aplauso llenaron el lugar, y hasta el grupo que antes había burlado de ella comenzó a ver su arte con otros ojos. Después de la presentación, Joaquín miró a Carito y le dijo:
"¿Ves? Lo que importa es tu talento y tu pasión. No dejes que lo que digan te haga sentir menos.
"Tienes razón, Joaquín. Gracias por ser un buen amigo."
La amistad de Carito y Joaquín se volvió aún más fuerte. Aprendieron que el ciberbullying y las burlas pueden lastimar, pero también entendieron que la unión y la creatividad pueden transformar esas situaciones negativas en oportunidades para brillar.
Y así, en su escuela, el mural de Carito se convirtió en un símbolo de aceptación, amistad y respeto, inspirando a otros a ser valientes y a defenderse de cualquier tipo de bullying, ya sea en persona o en línea.
Desde ese día, Carito nunca dejó de dibujar, y Joaquín siempre estuvo a su lado, recordándole lo especial que era. Porque juntos, demostraron que las risas compartidas y la creatividad pueden superar cualquier tristeza.
Y así, en la escuela, el arte de Carito no solo decoró las paredes, sino que también llenó los corazones de todos. Todos aprendieron a ser más amables, y la conexión entre ellos se fortaleció.
Al final, Carito y Joaquín no solo se convirtieron en los mejores amigos, sino en los defensores del respeto dentro de su escuela.
FIN.