Amigos de aventuras



Había una vez, en un pequeño pueblo llamado —"Risitas" , dos amigos inseparables: Javier, un perro valga una coneja muy simpático y José, un gato aventurero.

Ambos vivían juntos en una casita cerca del río y disfrutaban de divertidas travesuras todos los días. Un soleado día de verano, Javier y José se encontraban jugando en el jardín cuando empezaron a sentir la necesidad apremiante de hacer pipí.

Pero había un problema: no tenían permitido entrar a la casa para usar el baño. "¡Ay ay ay! ¡José, estoy re apretado! No sé qué vamos a hacer", dijo Javier preocupado mientras se movía inquieto de un lado a otro.

José miró alrededor buscando alguna solución y vio que justo al final del jardín había unos arbustos bien frondosos. Entonces, tuvo una idea brillante. "¡Javier! ¿Y si vamos allí detrás de esos arbustos? Nadie nos verá", propuso José emocionado.

Javier dudó por un momento pero luego aceptó la idea con entusiasmo. Juntos corrieron hacia los arbustos creyendo que habían encontrado la solución perfecta para su apuro.

Sin embargo, cuando llegaron a los arbustos, se encontraron con una sorpresa desagradable: estaba ocupado por otros animales del vecindario que también tenían ganas de hacer sus necesidades. "¡Oh no! Parece ser que esta esquina está muy solicitada hoy", lamentó Javier decepcionado. Pero José no se dio por vencido tan fácilmente.

Miró a su alrededor y vio un árbol grande y frondoso cerca del río. "¡Javier, sígueme! Tengo una idea aún mejor", exclamó José con determinación. Ambos amigos corrieron hacia el árbol y se subieron a sus ramas más altas. Desde allí tenían una vista privilegiada de todo el pueblo.

Y lo más importante: nadie los vería hacer pipí. Mientras estaban en lo alto del árbol, Javier y José comenzaron a conversar sobre las cosas que les gustaría lograr en la vida.

Javier soñaba con convertirse en un famoso cantante de rock, mientras que José quería ser un reconocido explorador. "¿Sabes qué, Javier? No importa cuántas dificultades tengamos o cuán apretados estemos, siempre podemos encontrar una solución si trabajamos juntos", dijo José con convicción.

Javier sonrió asintiendo con la cabeza. Había aprendido una valiosa lección ese día: no importa cuán difícil parezca la situación, siempre hay una manera de superarla si se tiene creatividad y compañerismo.

Desde aquel día, Javier y José se prometieron apoyarse mutuamente en todas sus aventuras futuras. Juntos lograron cumplir sus sueños: Javier se convirtió en el perro valga una coneja más famoso del mundo de la música y José viajó por todo el mundo descubriendo lugares increíbles como un verdadero explorador.

Y así fue como estos dos amigos demostraron que nunca debemos rendirnos ante los obstáculos que aparecen en nuestro camino. Con ingenio, amistad y trabajo duro se pueden alcanzar todas las metas que nos propongamos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!