Amigos de Colores
Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, dos niños llamados Naim y Soap. Desde que eran muy pequeños, Naim y Soap se odiaban por completo.
Siempre estaban peleando y buscando formas de hacerse la vida imposible. Un día, el profesor de la escuela decidió organizar un proyecto especial para los alumnos. Les pidió que formaran parejas y trabajaran juntos en un proyecto de arte. Para sorpresa de todos, Naim y Soap fueron emparejados.
"¡No puedo creerlo! ¡Tendré que trabajar con mi peor enemigo!" -exclamó Naim enfadada. "A mí tampoco me gusta esta idea, pero si queremos aprobar el proyecto tendremos que colaborar" -respondió Soap resignado.
A pesar del odio mutuo, ambos tenían habilidades artísticas increíbles. Naim era experta en pintura y Soap tenía talento para esculpir. Decidieron crear una obra combinada que fusionara sus diferentes estilos. Mientras trabajaban juntos en el proyecto, comenzaron a conocerse mejor fuera del ámbito escolar.
Descubrieron que tenían muchas cosas en común: les gustaba la música, disfrutaban de las mismas películas e incluso compartían el amor por los animales.
Con el paso del tiempo, Naim y Soap fueron dejando atrás su odio inicial y se convirtieron en amigos. Juntos reían, compartían secretos e incluso defendían al otro cuando alguien intentaba molestarlos.
Un día antes de presentar su proyecto final ante toda la escuela, ocurrió algo inesperado: mientras cargaban su obra maestra al aula, tropezaron y la obra se rompió en mil pedazos. "¡No puede ser! ¡Todo nuestro trabajo arruinado!" -exclamó Naim desesperada. Soap miró a Naim con una sonrisa y dijo: "No te preocupes, juntos podemos solucionarlo".
Decidieron utilizar los pedazos rotos para crear una nueva obra de arte. Con paciencia y creatividad, unieron cada fragmento hasta formar una escultura hermosa e única. Era un símbolo de su amistad y de cómo habían superado sus diferencias.
El día de la presentación, Naim y Soap mostraron su increíble proyecto ante toda la escuela. Todos quedaron asombrados por la belleza y el mensaje que transmitía su obra. Desde ese día, Naim y Soap dejaron atrás su odio mutuo para siempre.
Aprendieron que las diferencias no deben separarnos, sino unirnos en busca del entendimiento mutuo. Comprendieron que el amor y la amistad pueden surgir incluso en los lugares más inesperados.
Y así fue como dos enemigos se convirtieron en amigos inseparables gracias a un proyecto escolar. Su historia inspiró a otros niños del pueblo a dejar atrás sus prejuicios y aprender a valorar las cualidades únicas de cada persona. Fin
FIN.