Amigos de colores



Carrera, todos se divierten y se ríen juntos. El sol brilla sobre el bosque mientras los amigos disfrutan de su día. Un día soleado, Purpi decidió aventurarse más allá de su clareada del bosque mágico.

Con sus brillantes crines púrpuras ondeando al viento, trotaba con curiosidad entre los árboles centenarios y las flores multicolores. De repente, escuchó un crujido en la hojarasca y vio a un oso gigante salir de su madriguera.

"¡Hola! Soy Purpi, el unicornio púrpura. ¿Y tú quién eres?" -preguntó Purpi con entusiasmo. El oso levantó la cabeza sorprendido y respondió: "¡Saludos, Purpi! Soy Bartolo, el oso del bosque.

¡Qué alegría conocerte!"Purpi y Bartolo charlaron animadamente y pronto se hicieron amigos inseparables.

Juntos recorrieron el bosque encontrando a Pajarito, una ave colorida que les mostró los mejores lugares para encontrar bayas dulces; a Rosita, la ardilla traviesa que les enseñó acrobacias divertidas entre las ramas; y a Mariposa, quien les contó historias increíbles sobre otros mundos llenos de magia. Una tarde calurosa, decidieron jugar a las escondidas. Bartolo intentaba esconderse detrás de los árboles enormes pero no podía ocultar su gran tamaño.

Pajarito trinaba emocionado desde lo alto revelando cada escondite secreto. Rosita correteaba veloz entre las ramas riendo sin parar y Mariposa revoloteaba por doquier iluminando con sus alas tornasoladas.

"¡Los encontré!" -exclamaba Purpi con risa cristalina cada vez que descubría a uno de sus amigos. Después del juego, compartieron uvas jugosas bajo la sombra fresca de un sauce llorón mientras planeaban una carrera por todo el bosque. La emoción crecía en el aire cuando llegó la hora de correr.

"¡Listos! ¡Fuera!" -gritó Mariposa dando inicio a la competencia.

Purpi desplegó toda su velocidad mágica seguido muy de cerca por Bartolo con sus zancadas poderosas; Pajarito volaba rasante sobre sus cabezas guiándolos hacia la meta; Rosita saltaba ágilmente entre las ramas siguiendo el camino más corto; Mariposa danzaba elegante sobre ellos alentándolos con su luz brillante. Al final, Purpi cruzó victorioso la línea final seguido por Bartolo rugiendo felizmente en segundo lugar.

Los demás llegaron poco después agotados pero radiantes de alegría por haber compartido tan grandiosa jornada juntos.

La tarde caía tiñendo el cielo de tonos dorados cuando los cinco amigos se abrazaron en círculo celebrando su amistad sincera y eterna en medio del bosque mágico donde todo era posible si lo vivían juntos.

FIN.

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