Amigos de la Naturaleza


Había una vez un grupo de niños de 1ºB del colegio Jesús de Perveval que estaban muy emocionados porque iban a salir de excursión al campo.

Antes de partir, decidieron pasar por el Pueblo de El Ejido a comprar unas ricas patatas fritas para disfrutar durante el paseo. Al llegar al campo, los niños se adentraron en la naturaleza y comenzaron a explorar. Mientras caminaban, escucharon un suave siseo que provenía detrás de unos arbustos.

Intrigados, se acercaron con cuidado y descubrieron un nido lleno de serpientes. - ¡Oh no! ¡Un nido de serpientes! -exclamó Martina, una niña valiente del grupo. - ¡Qué miedo! ¿Qué hacemos ahora? -preguntó Juanito, uno de los más pequeños.

Los niños estaban asustados ante la presencia de las serpientes venenosas, pero sabían que debían mantener la calma y actuar con precaución.

Fue entonces cuando recordaron lo que habían aprendido en clase sobre la importancia de respetar a los animales y cómo comportarse frente a situaciones peligrosas. - Tranquilos chicos, no podemos molestar a las serpientes. Debemos alejarnos lentamente sin hacer movimientos bruscos -dijo Sofía, la más estudiosa del grupo.

Siguiendo el consejo de Sofía, los niños retrocedieron poco a poco sin perturbar a las serpientes. Una vez que estuvieron a una distancia segura, decidieron informar a su maestra sobre lo ocurrido para que pudieran tomar las medidas necesarias para proteger a las serpientes y también mantenerse seguros ellos mismos.

La maestra llegó rápidamente al lugar y les explicó a los niños la importancia de respetar la vida silvestre y cómo actuar correctamente en presencia de animales salvajes.

Les dijo que era fundamental mantenerse calmados y no provocar ni dañar a ningún ser vivo en su hábitat natural. Los niños comprendieron la lección y prometieron siempre respetar a los animales y cuidar del medio ambiente.

Continuaron su excursión con entusiasmo renovado, observando mariposas coloridas, pájaros cantando melodías dulces y flores silvestres adornando el paisaje.

Al regresar al colegio Jesús Perveval, los niños compartieron su experiencia con sus compañeros y les enseñaron lo importante que es conservar la naturaleza y convivir en armonía con todas las criaturas que habitan en ella.

Desde ese día, los niños recordaron aquella emocionante aventura en el campo como una lección valiosa sobre el respeto hacia los animales y la importancia de cuidar nuestro planeta para poder seguir disfrutando de sus maravillas por mucho tiempo más.

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