Amigos de Rayito de Sol



Había una vez en la Escuela Primaria "Rayito de Sol", un grupo de niños y niñas muy especiales que se destacaban por ser amables, respetuosos y solidarios entre ellos.

Todos los días, al llegar a clase, saludaban a su maestra, la señorita Laura, con una sonrisa y un abrazo. La señorita Laura se sentía muy feliz de tener alumnos tan cariñosos y educados. Un día, llegó un nuevo niño a la escuela.

Se llamaba Lucas y estaba un poco asustado porque no conocía a nadie. Los otros niños lo miraron con curiosidad y algunos empezaron a hacerle preguntas.

Pero Martín, uno de los líderes del grupo, se acercó a él con una gran sonrisa y le dijo: "¡Hola! Soy Martín, ¿quieres ser mi amigo?". Lucas sintió alivio al ver la amabilidad de Martín y aceptó encantado. "Gracias por ser tan amable conmigo", le dijo Lucas a Martín.

"En esta escuela todos somos amigos y nos tratamos con respeto", respondió Martín. Los días pasaron y Lucas se integró perfectamente al grupo. Pronto demostró ser muy inteligente y colaborador en las actividades escolares.

Todos los niños lo admiraban por su valentía al enfrentar el cambio de escuela. Un día, durante el recreo, Martina vio que Sofía estaba triste porque había perdido su juguete favorito. Sin dudarlo, fue hacia ella y le ofreció compartir su merienda para animarla.

Sofía se sorprendió por ese gesto tan generoso e inmediatamente se sintió mejor. "¡Gracias por tu ayuda! Eres muy buena amiga", dijo Sofía emocionada. "En esta escuela nos cuidamos unos a otros", respondió Martina con una sonrisa sincera.

Mientras tanto, la señorita Laura observaba orgullosa cómo sus alumnos se trataban con amor y empatía. Estaba feliz de ver cómo habían creado un ambiente escolar donde el buen trato era la norma. Pero un día todo cambió cuando llegó un chico nuevo llamado Tomás.

Tomás era distinto: era grosero, egoísta e irrespetuoso con sus compañeros. Empezó a burlarse de Lucas por ser nuevo y diferente. Los demás niños no sabían qué hacer ante esa situación incómoda.

Martín decidió hablar con Tomás para intentar entenderlo mejor. "¿Por qué te comportas así? En esta escuela nos tratamos con respeto", le dijo seriamente. -Tomás bajó la mirada avergonzado. "Es que en mi antigua escuela me molestaban mucho...

No quería que me lastimaran otra vez", confesó. Tomás comenzó a llorar mientras contaba su historia. Martín lo abrazó sin juzgarlo. "Entiendo cómo te sientes... Pero aquí somos diferentes. Te prometo que nunca más estarás solo o sentirte maltratado.

"Tomás se secó las lágrimas sorprendido por la comprensión de Martín. Los días siguientes fueron difíciles pero poco a poco Tomás empezó a cambiar su actitud gracias al apoyo incondicional de sus compañeros.

Al final del trimestre, la señorita Laura les propuso participar en un proyecto solidario para ayudar a niños necesitados. El grupo trabajó arduamente juntando juguetes usados para donarlos. Lucas propuso también organizar una colecta entre los vecinos del barrio. Los niños descubrieron lo gratificante que era ayudar desinteresadamente.

Trabajaron en equipo demostrando valores como el compañerismo, la generosidady el compromiso. Pronto llegaron muchas donaciones gracias al esfuerzo conjunto. Llegado el día de entregar los regalos, Tomás tomóa cargo del discurso:"Quiero pedir disculpaspor haberme comportadomal antes. Quieroagradecerlespor enseñarmeel valor dela verdaderaamistady el buen trato.

Ahora séque juntos podemos lograr cosas maravillosas si trabajamosunidos. Gracias porsu amistady paciencia. "Los padres presentesen el evento, llenosde orgullo, no podían creerel cambiotan positivoen Tomássobretodo despuésde conocer supasado difícil.

Desde ese díaaquel grupode niñosse convirtieronen ejemplosdevirtudpara toda laciudadinspirandocon sus accionesa otrosniñosy adultos. Así,cerraronel año escolarsabiendoque juntos, podrían enfrentarcualquier desafíoquesela vida les pusieraen frente. Y colorín coloradoseste cuento llenode aprendizajey bondadse hademostradoquecon amor, respetoy solidaridadtodo es posibleinclusoun finalfelizen medio dela adversidad.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!