Amigos del bosque

Había una vez en un hermoso campo verde, una vaca llamada Matilde, un cactus llamado Espinas, un sapo llamado Saltarín y una muñeca llamada Rosita. Todos vivían muy felices en armonía, cada uno con sus peculiaridades.

Un día, Matilde la vaca decidió que quería explorar más allá del campo donde vivían.

Se acercó a Espinas el cactus y le dijo:"Espinas, ¿te gustaría venir conmigo a descubrir nuevos lugares?"Espinas, siempre curioso por naturaleza, aceptó emocionado la propuesta de Matilde. Juntos emprendieron el viaje hacia el bosque cercano. Mientras tanto, Saltarín el sapo observaba desde lejos con interés lo que hacían.

Al llegar al bosque, Matilde y Espinas se maravillaron con la diversidad de árboles y plantas que veían a su alrededor. De repente, escucharon un ruido proveniente de un charco cercano. Era Saltarín el sapo que se les había unido en secreto para no perderse la aventura.

"¡Hola amigos! ¿Puedo acompañarlos en esta travesía?" - preguntó Saltarín emocionado. Matilde y Espinas sonrieron ante la presencia del nuevo compañero de viaje y aceptaron encantados.

Los tres continuaron explorando juntos el bosque, descubriendo nuevas criaturas y aprendiendo sobre la importancia de trabajar en equipo y respetar las diferencias. Mientras tanto, Rosita la muñeca se había quedado sola en el campo pero no por mucho tiempo.

Un grupo de pajaritos que pasaba por allí notó su soledad y decidieron hacerle compañía mientras esperaba el regreso de sus amigos. Horas más tarde, Matilde, Espinas y Saltarín regresaron al campo llenos de historias emocionantes para compartir con Rosita y los pajaritos.

Todos se reunieron alrededor de una fogata improvisada mientras compartían risas y experiencias inolvidables. Al final del día, comprendieron que aunque eran muy diferentes entre sí, juntos formaban un equipo increíble capaz de superar cualquier desafío que se les presentara.

Y así siguieron viviendo aventuras juntos, fortaleciendo su amistad día tras día en aquel hermoso rincón del mundo donde habían encontrado un hogar verdadero.