Amigos del bosque


El oso caminaba por el bosque, buscando al lobo que maullaba sin parar. Cuando finalmente lo encontró, se acercó lentamente y le preguntó:- Hola, amigo lobo. ¿Por qué estás maullando tanto? Todos los animales del bosque están asustados.

El lobo se detuvo en seco y miró al oso con tristeza en sus ojos. - Es que estoy muy solo - dijo el lobo-. No tengo amigos ni familiares cerca.

Y cuando me pongo a pensar en eso, no puedo evitar maullar de tristeza. El oso se sintió conmovido por la historia del lobo y decidió ayudarlo. - No te preocupes - le dijo el oso-. Yo seré tu amigo.

Podemos jugar juntos y pasar tiempo juntos siempre que quieras. El lobo no podía creer lo que estaba escuchando.

Nunca había tenido un amigo antes, ¡y ahora tenía uno tan amable como el oso! A partir de ese día, el lobo y el oso pasaron mucho tiempo juntos: jugaban a las escondidas, cazaban bayas juntos e incluso dormían abrazados para sentirse más seguros. Con su nuevo amigo a su lado, el lobo dejó de maullar toda la noche.

Los demás animales del bosque notaron la diferencia y comenzaron a volver poco a poco al área donde vivía el dúo inseparable. Poco después, otros animales empezaron a acercarse al dúo para hacer amigos también.

Con cada nuevo animal que llegaba al grupo de amigos del bosque crecía más grande y feliz. Y así fue como gracias a la amistad entre el lobo y el oso, se formó una comunidad de animales en el bosque que vivían juntos en armonía.

El lobo ya no estaba solo, y todos los demás animales también encontraron nuevos amigos. Desde ese día, cada vez que alguien se sentía triste o solo, sabía que podía contar con sus amigos del bosque para ayudarlo a sentirse mejor. .

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