Amigos del bosque



Había una vez dos casas, una hecha de ladrillos y la otra de madera. En la casa de ladrillos vivía un cerdito llamado Vito, mientras que en la casa de madera vivía una encantadora niña llamada Árboles Caperusita.

Vito era un cerdito muy inteligente y trabajador. Siempre se aseguraba de construir su casa con materiales fuertes y duraderos.

Por otro lado, Árboles Caperusita era una niña curiosa y aventurera a quien le gustaba pasar tiempo explorando el bosque cercano a su casa. Un día, mientras Árboles Caperusita caminaba por el bosque, se encontró con Vito que estaba ocupado recolectando ramitas para reforzar aún más su casa de ladrillos.

"¡Hola Vito! ¿Qué estás haciendo?" -preguntó emocionada Árboles Caperusita. "¡Hola Árboles! Estoy recolectando ramitas para fortalecer mi hogar. Quiero asegurarme de que sea resistente contra cualquier peligro" -respondió Vito con entusiasmo. Árboles quedó impresionada por la determinación y previsión de Vito.

Ella también quería ser responsable y cuidadosa como él. "Vito, tu forma de pensar me inspira mucho. Me gustaría aprender a ser tan precavida como tú" -dijo Árboles admirándolo.

"¡Claro que sí! Será divertido enseñarte todo lo que sé sobre construcción segura" -respondió amablemente Vito. A partir de ese día, los dos amigos comenzaron a pasar mucho tiempo juntos.

Vito le enseñaba a Árboles cómo construir una casa resistente, mientras que ella le mostraba los secretos del bosque y lo emocionante que era explorar nuevos lugares. Un día, mientras caminaban por el bosque, escucharon un ruido extraño proveniente de un arbusto cercano. Se acercaron con cautela y se sorprendieron al encontrar a un lobo solitario atrapado en una red.

"¡Ayuda! ¡Por favor ayúdenme!" -gritó el lobo desesperado. Árboles y Vito se miraron preocupados pero decidieron ayudarlo. Trabajando juntos, lograron liberar al lobo de la red sin hacerle daño alguno.

El lobo, agradecido por su ayuda, les contó que había estado tratando de cazar para alimentarse, pero las presas eran cada vez más difíciles de encontrar. Él había aprendido la lección de no lastimar a otros animales para sobrevivir.

Árboles y Vito entendieron que todos merecen una segunda oportunidad y decidieron ayudar al lobo a encontrar comida sin tener que lastimar a nadie. Juntos buscaron frutas y verduras en el bosque para compartir con él. Con el tiempo, el lobo se convirtió en amigo de Árboles y Vito.

Aprendió sobre la importancia de vivir en armonía con la naturaleza y nunca volvería a intentar hacer daño a nadie. La historia de amistad entre Vito, Árboles Caperusita y el lobo enseñó importantes lecciones a todos los habitantes del bosque.

Aprendieron que trabajar juntos y respetar a los demás, sin importar cómo sean, es la clave para construir una comunidad fuerte y feliz.

Y así, Vito el cerdito, Árboles Caperusita y el lobo vivieron felices en su bosque compartiendo sus conocimientos y ayudándose mutuamente.

FIN.

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