Amigos del océano


Había una vez, en el hermoso océano atlántico, dos amigos muy especiales: Ballena y Delfín. Ellos eran inseparables, siempre estaban juntos y se divertían mucho jugando.

Un día, mientras nadaban por las profundidades del mar, Delfín tuvo una idea emocionante:- ¡Ballena! ¿Qué te parece si jugamos a las escondidas? - ¡Genial! - respondió Ballena con entusiasmo - pero ¿cómo vamos a jugar si somos tan grandes? - No te preocupes - dijo Delfín sonriendo - yo me encargaré de esconderme en lugares pequeños donde tú no puedas llegar.

Y así comenzó el juego. Delfín se sumergió rápidamente entre unas rocas cercanas mientras Ballena contaba hasta diez para darle tiempo a su amigo para esconderse. Cuando terminó de contar, Ballena comenzó su búsqueda.

Nadó por todas partes buscando a Delfín sin éxito alguno. Después de un rato buscando sin resultado alguno, decidió que era mejor cambiar la estrategia:- Escucha, amigo mío - le dijo Ballena a Delfín -.

No puedo encontrar mi camino en estas aguas oscuras. Necesito tu ayuda para encontrarte. Delfín entendió lo que quería decir su amigo y decidió salir de su escondite para guiarlo.

Juntos exploraron cada rincón del océano hasta encontrar un lugar especial donde pudieran jugar juntos sin tener que preocuparse por quién escondía o quien buscaba. Así aprendieron que trabajar juntos puede ser mucho más divertido que competir entre sí. Y de esa manera, Ballena y Delfín se convirtieron en los mejores amigos del océano.

Desde entonces, siempre jugaban juntos y aprendían a trabajar juntos para disfrutar aún más de sus aventuras.

La amistad entre ellos creció cada día más fuerte y nunca se olvidaron del importante mensaje que aprendieron en ese juego: la importancia de colaborar y trabajar juntos para lograr un objetivo común.

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