Amigos en Acción
El elefante con peluca, llamado Tito, miró al mono en patines con curiosidad y una sonrisa en su rostro.
A pesar de que el mono se veía muy ágil sobre sus patines, Tito no dudó ni un segundo en aceptar el desafío. "¡Claro que juego contigo! Será divertido competir juntos", exclamó Tito emocionado. El mono, cuyo nombre era Simón, trazó una línea imaginaria en el suelo del parque para marcar la meta de la carrera.
Ambos competidores se prepararon en la línea de partida. El sol brillaba en lo alto y los pájaros cantaban melodías alegres mientras los animales del bosque se acercaban para presenciar la emocionante carrera.
"¡Listos, atención, ya!", anunció un conejo que hacía las veces de juez improvisado. Con un fuerte ¡Pum! , comenzó la carrera. Simón salió disparado con sus patines mientras Tito pedaleaba con todas sus fuerzas.
El viento soplaba jugando con sus colas y cabellos; ambos estaban decididos a ganar. La ruta estaba llena de obstáculos: ramas caídas, charcos de agua y piedras sueltas. Sin embargo, Tito demostraba una habilidad increíble para esquivarlos gracias a su agilidad en bicicleta.
Por otro lado, Simón giraba entre los árboles como si fuera parte de ellos. A mitad del camino, Simón tomó ventaja gracias a su destreza sobre ruedas; sin embargo, cuando llegaron a un puente resbaladizo por la lluvia reciente, todo cambió.
Justo antes de cruzarlo, Simón perdió el equilibrio y cayó al agua con un chapuzón estruendoso. Tito frenó bruscamente al escuchar el ruido y regresó rápidamente hacia donde estaba el mono mojado.
Sin pensarlo dos veces extendió su trompa e hizo palanca para ayudar a Simón a subir hasta la orilla segura del río. "Gracias por salvarme", dijo Simón avergonzado pero agradecido. "No hay problema amigo", respondió Tito sonriente. "La amistad es más importante que ganar una carrera".
Los demás animales que observaban aplaudieron emocionados ante tal muestra de solidaridad y compañerismo entre estos dos competidores tan diferentes pero tan valientes.
Desde ese día, Tito y Simón se convirtieron en grandes amigos y cada tarde compartían aventuras juntos por el bosque sin importar quién era más rápido o más hábil; lo único importante era disfrutar cada momento juntos y ayudarse mutuamente cuando hiciera falta.
Y así fue como esta inesperada amistad entre un elefante con peluca y un mono en patines enseñó a todos que las diferencias no importan cuando se trata de tener un corazón noble y generoso dispuesto siempre a tender una mano amiga.
FIN.