Amigos en Acción



Había una vez en la selva un elefante llamado Elefante, que vivía rodeado de hermosas flores. Aunque era grande y fuerte, tenía un corazón muy bondadoso y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás animales.

Un día, mientras Elefante paseaba por el bosque, se encontró con Zorra, una astuta y juguetona zorra que estaba buscando algo para comer. Zorra le preguntó a Elefante si conocía algún lugar donde pudiera encontrar comida fresca.

Elefante sonrió amablemente y respondió: "Claro que sí, Zorra. Hay un árbol frutal justo al otro lado del río. Allí podrás encontrar las mejores frutas". Zorra se emocionó mucho y decidió seguir el consejo de Elefante.

Pero cuando llegó al río, se dio cuenta de que no sabía nadar. Se sintió triste y desanimada porque no podía cruzar para llegar al árbol frutal.

En ese momento, apareció Árbolesol, un árbol mágico con ramas largas y flexibles que podían estirarse hasta el otro lado del río. Árbolesol escuchó a Zorra sollozar y le preguntó qué le pasaba. Zorra explicó su situación y Árbolesol dijo: "No te preocupes, puedo ayudarte".

Extendió sus ramas hacia el río formando un puente seguro para que Zorra pudiera cruzar sin problemas. Zorra estaba feliz por la ayuda de Árbolesol e inmediatamente comenzó a caminar sobre las ramas extendidas hasta llegar al otro lado.

Una vez allí, encontró el árbol frutal y disfrutó de las deliciosas frutas. Mientras tanto, Elefante esperaba pacientemente en la orilla del río. Vio a Zorra disfrutar de su comida y sonrió satisfecho por haber podido ayudarla.

Pero entonces, un fuerte viento comenzó a soplar y las ramas de Árbolesol se rompieron. El puente que había creado para Zorra se desmoronó y ella quedó atrapada al otro lado sin poder volver. Elefante se preocupó mucho por su amiga y decidió buscar una solución.

Fue entonces cuando recordó que cerca vivía Flores, una hermosa flor con pétalos mágicos capaces de volar. Elefante corrió hacia donde estaba Flores y le explicó lo que había pasado con Zorra. Flores no dudó ni un segundo en ayudar a Elefante.

Extendió sus pétalos coloridos y juntos volaron hasta donde estaba Zorra atrapada al otro lado del río. Cuando llegaron, Flores dejó caer sus pétalos sobre el agua formando un camino flotante para que Zorra pudiera caminar hasta ellos.

Con la ayuda de Elefante y Flores, finalmente Zorra pudo regresar a salvo. Zorra estaba muy agradecida por la generosidad de sus amigos y prometió nunca olvidar lo importante que es tener buenas amistades dispuestas a ayudarnos cuando más lo necesitamos.

Desde ese día, Elefante, Zorra, Árbolesol y Flores se convirtieron en grandes amigos inseparables. Juntos aprendieron la importancia de la amistad, la generosidad y cómo cada uno puede usar sus habilidades únicas para ayudar a los demás.

Y así, en medio de la selva, estos cuatro amigos vivieron muchas aventuras juntos, siempre dispuestos a ayudarse mutuamente y a hacer del mundo un lugar mejor. Fin.

FIN.

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