Amigos en Armonía


Había una vez en el colegio "Las Estrellas Brillantes" un grupo de amigos llamados Martu, José y Guille. Eran inseparables y siempre estaban juntos en todas las aventuras.

Un día, el director del colegio anunció que todos los alumnos tendrían la oportunidad de ir a un emocionante viaje a Rosario y luego asistir a la gran fiesta del deporte. Martu, José y Guille estaban muy emocionados con la noticia y no podían esperar para vivir esa experiencia única.

Sin embargo, todo cambió cuando se enteraron de que Franco, un compañero de clase al que nunca le habían caído bien, también estaría en el viaje. Franco siempre buscaba problemas con ellos y les hacía bromas pesadas.

No entendían por qué era así, pero eso no les importaba tanto como tener una convivencia pacífica. Martu sugirió hablar con Franco antes del viaje para tratar de solucionar sus diferencias.

Pero José estaba cansado de intentarlo una y otra vez sin éxito. Guille pensó que tal vez podrían ignorarlo durante el viaje e intentar disfrutarlo al máximo. El día llegó y todos los alumnos subieron al autobús rumbo a Rosario.

Martu, José y Guille decidieron sentarse juntos en la parte trasera para poder planear cómo manejar la situación con Franco.

Cuando llegaron a Rosario, se encontraron con muchas actividades divertidas organizadas por los profesores: visitas al río Paraná, paseos por el Monumento Nacional a la Bandera y recorridos por lugares históricos. Aunque estaban emocionados por todas estas experiencias nuevas, no podían quitarse de la cabeza el conflicto con Franco. Una tarde, mientras caminaban por el parque, vieron a Franco sentado solo en un banco.

Martu tomó una decisión audaz y se acercó a él. "Franco, ¿podemos hablar un momento?" - le preguntó Martu con valentía. Franco lo miró sorprendido pero asintió.

Se sentaron juntos y Martu comenzó a hablar:"Franco, no entendemos por qué siempre nos tratás mal. Nosotros solo queremos pasar un buen rato en este viaje y disfrutar de todas las actividades".

Franco pareció pensativo por un momento antes de responder:"Sé que he sido injusto con ustedes y me disculpo por eso. A veces me siento excluido y creo que es mi forma de hacerme notar". Martu, José y Guille escucharon atentamente las palabras sinceras de Franco.

Comenzaron a darse cuenta de que tal vez había más detrás de su comportamiento problemático. "Entendemos cómo te sentís", dijo José con amabilidad. "Pero todos somos parte del mismo colegio y deberíamos apoyarnos mutuamente". Desde ese día, todo cambió entre ellos.

Franco se integró al grupo de amigos e incluso comenzaron a ayudarlo en sus dificultades académicas. Juntos disfrutaron del resto del viaje en Rosario y la fiesta del deporte como nunca antes lo habían hecho.

Aprendieron que dar una oportunidad a alguien puede cambiarlo todo; que la empatía puede abrir puertas hacia una amistad inesperada. Cuando regresaron al colegio, todos notaron el cambio positivo en la relación entre Martu, José, Guille y Franco.

Se convirtieron en un ejemplo para los demás alumnos, demostrando que el respeto y la comprensión pueden superar cualquier conflicto. Desde aquel viaje a Rosario, Martu, José, Guille y Franco se convirtieron en amigos inseparables.

Aprendieron a valorar las diferencias de cada uno y a trabajar juntos para construir un ambiente armonioso en el colegio. Y así, con su valentía y compasión, lograron transformar una pelea en una amistad duradera que perduraría mucho más allá del colegio "Las Estrellas Brillantes".

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