Amigos en el Bosque de Arrayanes
Había una vez en el bosque de Arrayanes, una osa muy especial llamada Aurora. Aurora era la osa mayor del bosque, tanto por su tamaño imponente como por su sabiduría y bondad.
Vivía en lo más profundo del bosque, donde las estrellas brillaban con más intensidad y se podía escuchar el susurro de la galaxia. Un día, mientras caminaba por el bosque, Aurora encontró a un pequeño zorrito perdido llamado Simón.
El zorrito estaba asustado y no sabía cómo regresar a su madriguera. Sin dudarlo, Aurora se acercó a él y le ofreció ayuda. "¿Estás perdido, amiguito?" -preguntó Aurora con ternura.
El zorrito asintió con tristeza, sintiéndose aliviado al ver a la imponente osa preocupándose por él. "Tranquilo, te ayudaré a encontrar el camino de vuelta a casa", dijo Aurora con una sonrisa reconfortante. Desde ese día, Aurora y Simón se convirtieron en grandes amigos.
La osa mayor enseñaba al pequeño zorro sobre los valores importantes de la vida: la amistad, la solidaridad y el respeto hacia todos los seres vivos del bosque. Juntos recorrían el bosque ayudando a quienes lo necesitaban y cuidando de la naturaleza que los rodeaba.
Un día, durante uno de sus paseos por el bosque, se encontraron con un grupo de animales que estaban discutiendo por un problema entre ellos. Había un conejo que acusaba a una ardilla de haberle robado comida.
La situación estaba cada vez más tensa y parecía que terminaría en pelea. Aurora intervino rápidamente para calmar los ánimos y escuchar ambas versiones.
Con paciencia y sabiduría logró descubrir que todo había sido un malentendido y que la ardilla nunca había tenido intenciones de robarle al conejo. Gracias a la intervención de Aurora, los animales pudieron solucionar sus diferencias dialogando y llegaron incluso a hacer las paces.
Después de ese incidente, Simón miró admirado a su amiga Aurora y le dijo:"¡Eres increíble! Siempre sabes qué hacer para ayudar a los demás. "Aurora sonrió con humildad y respondió:"Recuerda Simón, siempre es importante escuchar antes de juzgar e intentar resolver los problemas mediante el diálogo y la empatía.
"Con el tiempo, Simón también aprendió las lecciones de generosidad y compasión que le enseñaba su amiga Aurora. Juntos demostraron que cuando se cultivan buenos valores se puede crear un mundo mejor para todos.
Y así fue como la osa mayor del bosque junto al pequeño zorro dejaron una huella imborrable en cada rincón del bosque Arrayanes; recordándoles a todos que solo practicando valores sólidos podremos vivir en armonía con nuestro entorno natural.
FIN.