Amigos en el Bosque Mágico


Había una vez en un lejano valle, cinco amigos muy especiales: el cubo, la pirámide, el tetraedro, el dodecaedro y el icosaedro. Les encantaba pasear juntos por los cerros y arboles del valle, descubriendo nuevas aventuras cada día.

Un soleado día de primavera, decidieron aventurarse más allá de lo conocido y explorar un camino que nunca habían recorrido.

El cubo, siempre curioso, fue el primero en proponer la idea:"¡Chicos! ¿Qué les parece si hoy nos adentramos en el Bosque Encantado? Dicen que allí hay criaturas mágicas y tesoros escondidos". La pirámide, entusiasmada con la idea de vivir una nueva aventura, exclamó:"¡Por supuesto! ¡Vamos a descubrir todos los secretos que guarda ese bosque!".

Así que los cinco amigos se adentraron en el Bosque Encantado con alegría y valentía. Pronto se encontraron con un río cristalino donde jugaron y se refrescaron. De repente, escucharon risas provenientes de un claro en el bosque.

"¿Qué será eso?", preguntó intrigado el tetraedro. Decidieron acercarse sigilosamente y descubrieron a unas hadas jugando entre las flores. Las hadas al ver a los poliedros regulares se sorprendieron gratamente.

"¡Ohhh! ¡Miren qué formas tan interesantes tienen ustedes!", dijo una hada emocionada. Los poliedros sonrieron orgullosos por ser tan diferentes pero especiales a su manera. Las hadas invitaron a los amigos a jugar con ellas e incluso les enseñaron cómo volar entre los árboles del bosque.

Después de pasar un tiempo maravilloso con las hadas, llegó la hora de regresar a casa. En el camino de vuelta compartieron sus experiencias y aprendizajes:"Hoy descubrimos que la amistad va más allá de nuestras diferencias", reflexionó el dodecaedro.

"Exactamente" , asintió el icosaedro. "Cada uno de nosotros tiene algo único que aportar al grupo". Al llegar al valle, se despidieron con abrazos cálidos y promesas de nuevas aventuras juntos.

Los cinco poliedros regulares comprendieron que la verdadera magia reside en aceptarse mutuamente tal como son y disfrutar cada momento junto a quienes aprecian sus diferencias.

Y así termina esta historia donde cinco amigos geométricos aprendieron una gran lección: la diversidad es lo que hace especial a cada individuo y fortalece los lazos de amistad para siempre.

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