Amigos en el Jardín Mágico



Había una vez un niño llamado Diego que asistía a un jardín de infantes muy especial. Este jardín estaba lleno de juegos, risas y sobre todo, amigos.

Todos los días, Diego se levantaba emocionado porque sabía que pasaría un día maravilloso rodeado de sus compañeros. Un día soleado, mientras jugaban en el patio del jardín, Diego notó a un niño nuevo sentado solo en una esquina. Se acercó curioso y le preguntó: "¿Hola! ¿Cómo te llamas?".

El niño nuevo levantó la mirada con timidez y respondió: "Me llamo Martín". Diego sonrió amablemente y le dijo: "¡Mucho gusto, Martín! ¿Quieres venir a jugar con nosotros? Tenemos muchos juegos divertidos".

Martín miró a los demás niños correr y reírse y sus ojos brillaron de emoción. Asintió tímidamente y se levantó para seguir a Diego hacia el grupo de amigos. Desde ese momento, Diego se convirtió en el mejor amigo de Martín.

Juntos exploraban todos los rincones del jardín, escalaban los toboganes más altos e inventaban historias fantásticas en la casita del árbol. Un día, mientras estaban jugando al escondite, escucharon un ruido extraño proveniente del salón principal. Intrigados, decidieron investigar qué sucedía.

Cuando entraron al salón, encontraron al maestro preocupado intentando arreglar una silla rota. Todos los demás niños estaban tristes porque no podían sentarse cómodamente para realizar las actividades. Diego y Martín se miraron y supieron que tenían que hacer algo para ayudar.

Se acercaron al maestro y le preguntaron si podían intentar arreglar la silla ellos mismos. El maestro, sorprendido por su valentía, les dio las herramientas necesarias y los animó a intentarlo.

Diego y Martín trabajaron juntos, cada uno utilizando sus habilidades únicas. Diego tenía fuerza en sus manos mientras que Martín era muy hábil con los detalles. Después de un rato, la silla estaba como nueva.

Todos los niños vitorearon emocionados mientras el maestro agradecía a Diego y Martín por su ayuda. A partir de ese día, Diego y Martín se convirtieron en héroes del jardín. Juntos aprendieron que trabajar en equipo es importante para lograr grandes cosas.

Los días pasaban y el jardín seguía lleno de juegos, risas y amigos felices. Cada vez más niños se unían al grupo de amigos de Diego y Martín, creando una gran familia llena de amor y solidaridad.

Y así fue como Nino jardín juegos amigos feliz demostró que la amistad verdadera puede cambiar vidas y hacer del mundo un lugar mejor.

FIN.

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