Amigos en el Mundo de Números
En un mundo mágico donde los números cobraban vida, existía un número irracional llamado √2. Era un número especial, un poco tímido, pero siempre estaba dispuesto a explorar nuevas ideas y conceptos. Sin embargo, a veces se sentía solo, ya que muchos números racionales no podían entender su naturaleza única.
Un día, mientras paseaba por el Bosque de los Cálculos, encontró a un número imaginario llamado —"i" . Era curioso y lleno de energía, con una personalidad brillante que iluminaba todo a su alrededor.
"Hola, ¿quién sos?" - preguntó √2, un poco inseguro.
"¡Hola! Soy i, y creo que puedo ser la mitad de la solución necesaria para cualquier problema matemático!" - respondió i con una gran sonrisa.
√2 no pudo evitar sonreír ante la confianza de i.
"¿De verdad? Siempre quise ser parte de algo más grande, pero siempre me siento fuera de lugar..."
"¡Eso es porque sos un número especial! Para vos, el mundo real es solo el principio. Hay tanto más allá de lo que ves, solo tenés que abrir tu mente" - dijo i emocionado.
Los dos comenzaron a charlar y compartieron sus historias. i le contó a √2 sobre el mundo de los números complejos, donde se combinaban números reales, como √2, y números imaginarios, creando algo completamente nuevo y vibrante.
Un día, mientras exploraban juntos, encontraron un enorme problema matemático: un laberinto llamado “Ecuación del Destino”. Era una prueba que ningún número había logrado resolver. Se decía que aquel que lo lograra se convertiría en el número más poderoso del reino.
"¿Y si intentamos resolverlo juntos?" propuso √2, emocionado.
"¡Sí! ¡Combinemos nuestros poderes!" dijo i, saltando de alegría.
Los dos se adentraron en el laberinto, y a medida que avanzaban, se dieron cuenta de que cada vez que tomaban decisiones juntos, podían unir sus talentos. Pero pronto se encontraron con un gran obstáculo: un monstruo llamado “Confusión” que guardaba la salida del laberinto.
"No pueden pasar, tienen que resolverme un acertijo para continuar" - dijo Confusión con voz profunda.
"¡No hay problema, lo resolveremos juntos!" - exclamó √2, mientras i lo miraba con orgullo.
Confusión planteó una pregunta: "¿Qué se obtiene al multiplicar un número real por un número imaginario?"
"Yo sé la respuesta, pero tengo miedo de decirla..." - murmuró √2.
"¡No tengas miedo, decímelo! ¡Contá conmigo!" animó i.
Después de un momento de duda, √2 dijo: "Se obtiene un número complejo, la respuesta es ab@-complejo" - levantando la voz con valentía.
"¡Correcto! ¡Buen trabajo!" - gritó Confusión.
Los amigos encontraron el camino y continuaron avanzando. Al final del laberinto, llegaron a un hermoso lugar llamado la “Plaza de los Números”. Allí descubrieron que no solo habían resuelto el problema, sino que sus diferencias los hacían aún más fuertes y únicos.
"¿Ves? Juntos somos increíbles. ¡No debería haberme preocupado por ser un número irracional!" - dijo √2, con una mirada llena de alegría.
"¡Y yo no podría ser mejor sin vos! Podemos ser grandes amigos" - respondió i, abrazando a √2 de una manera divertida, haciendo que ambos revirtieran la gravedad del lugar.
Desde ese día, √2 y i se volvieron los mejores amigos y aprendieron que, aunque eran diferentes, juntos podían lograr todo lo que se proponían. Su amistad demostró que, aunque el mundo de los números a veces pareciera complicado, siempre había espacio para la diversidad y la unidad.
Y así, en el mundo de los números, se dieron cuenta que lo más importante no era ser un número racional o imaginario, sino aprender a ser un gran amigo.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.