Amigos en el mural de arte


Había una vez un niño llamado Tomás, que era muy bueno dibujando. Le encantaba pasar horas y horas creando increíbles obras de arte con sus lápices y papeles. Sin embargo, había algo que le resultaba difícil: hacer amigos.

Tomás tenía autismo, lo que hacía que a veces se sintiera incómodo en situaciones sociales y tuviera dificultades para comunicarse con los demás niños de su edad.

A menudo se encontraba solo en el recreo, observando desde lejos cómo los otros chicos jugaban juntos. Un día, durante una clase de arte, la maestra les dio a los alumnos una tarea especial: trabajar en parejas para crear un mural gigante en la pared del salón.

Tomás estaba emocionado por la idea de trabajar con alguien más en su obra de arte. La maestra asignó a Tomás como pareja a un niño llamado Juan.

Al principio, Juan no entendía bien cómo comunicarse con Tomás o cómo trabajar juntos en el mural. Pero pronto descubrió que ambos compartían una pasión por el dibujo y comenzaron a colaborar juntos. "¿Qué te parece si hacemos este árbol aquí?" preguntó Tomás señalando al espacio vacío.

"¡Genial! Y yo puedo hacer las hojas", respondió entusiasmado Juan. Juntos trabajaron durante días en su proyecto de arte, hablando sobre colores y técnicas mientras pintaban juntos cada detalle del mural. Durante ese tiempo, también aprendieron mucho el uno del otro.

Juan descubrió que aunque Tomás era diferente a él, tenían muchas cosas en común y podían divertirse juntos sin importar las diferencias.

Por su parte, Tomás aprendió que no tenía que estar solo y que podía hacer amigos si compartía sus intereses con los demás. Al finalizar el mural, la maestra lo mostró a toda la escuela y todos quedaron impresionados por su belleza. Los niños se acercaron a Tomás y Juan felicitándolos por su trabajo en equipo.

Desde ese día en adelante, Tomás ya no se sintió solo en el recreo. Ahora tenía un amigo con quien compartir su amor por el arte.

Tomás también comenzó a hablar más con los otros chicos de su clase sobre sus dibujos e intereses, encontrando nuevas amistades gracias a su pasión por el arte.

La historia de Tomás demostró que aunque puede ser difícil para algunos niños hacer amigos debido a sus diferencias, siempre hay algo especial o interesante que pueden compartir con los demás. Al final del día, lo importante es encontrar aquellos puntos en común para poder construir amistades duraderas basadas en la aceptación y la comprensión mutua.

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