Amigos en el Universo
Era una noche muy cerrada y de repente Juan y Luci miraron hacia el cielo, ya que allí se veía una luz muy resplandeciente que se acercaba cada vez más hacia ellos.
Ambos quedaron sorprendidos al darse cuenta de que se trataba de una nave espacial. - ¡Mira, Luci! ¡Es una nave espacial! - exclamó Juan emocionado. - ¡No lo puedo creer! ¿Será real? - respondió Luci con los ojos llenos de asombro.
La nave espacial descendió lentamente hasta aterrizar en un campo cercano. Sin pensarlo dos veces, ambos decidieron ir a investigar qué sucedía. Se acercaron con cautela y vieron cómo la puerta de la nave se abría lentamente.
De repente, salió un ser extraterrestre pequeño y amigable. Tenía ojos grandes y brillantes, piel verde y tres brazos. Los niños no pudieron evitar sentir miedo al principio, pero después notaron que la criatura les sonreía amistosamente.
- Hola niños terrícolas - dijo el extraterrestre con voz suave -, mi nombre es Zog y vengo desde muy lejos en busca de aventuras. Juan y Luci se miraron entre sí, todavía algo asustados pero también llenos de curiosidad por conocer a Zog.
- ¿Cómo llegaste aquí? - preguntó Juan tímidamente mientras señalaba la nave espacial. Zog les explicó que había estado explorando diferentes planetas en busca de amigos para compartir experiencias e intercambiar conocimientos.
Les contó sobre las maravillas del universo y cómo disfrutaba aprender de otras culturas. - Nos gustaría enseñarte sobre nuestro planeta y nuestras costumbres - dijo Luci emocionada. Zog aceptó con gusto la invitación y juntos, los tres amigos comenzaron a explorar el mundo de Juan y Luci.
Les mostraron su escuela, sus juegos favoritos y les enseñaron palabras en su idioma. A medida que pasaban los días, la amistad entre los niños y Zog se fortalecía.
Aprendieron sobre las constelaciones en el cielo nocturno, viajaron por montañas y ríos, e incluso compartieron deliciosos platos típicos de Argentina. Pero llegó el momento en que Zog debía regresar a su planeta. Los niños se sintieron tristes al despedirse de su nuevo amigo extraterrestre.
- Gracias por todo lo que nos has enseñado, Zog - dijo Juan con nostalgia -, nunca olvidaremos esta aventura tan especial. - Y gracias a ustedes por abrirme las puertas de su mundo - respondió Zog con gratitud -, siempre recordaré nuestra amistad.
Con un último abrazo, Zog subió a su nave espacial y despegó hacia las estrellas. Juan y Luci se quedaron mirando hasta que la luz resplandeciente desapareció en la distancia.
Desde aquel día, los niños comprendieron que el universo está lleno de maravillas esperando ser descubiertas. Decidieron estudiar astronomía para poder observar las estrellas cada noche e imaginar nuevas aventuras junto a otros seres cósmicos como Zog.
Y así fue como Juan y Luci aprendieron que no hay límites para la imaginación y que la amistad puede traspasar fronteras, incluso las del espacio exterior.
FIN.