Amigos en el Zoológico


Era un hermoso día de verano y mi familia y yo decidimos ir al zoológico para pasar una tarde divertida.

Yo estaba muy emocionado por ver a todos los animales, pero también un poco nervioso porque era la primera vez que visitaba el lugar. Llegamos temprano y comenzamos a caminar por las diferentes áreas del zoológico. Primero vimos los leones, luego los elefantes y finalmente llegamos a la zona de los monos.

Estábamos tan entretenidos viendo a los simpáticos primates saltando de rama en rama que no me di cuenta cuando mi familia se alejó. Cuando quise volver con ellos, no pude encontrarlos por ningún lado.

Comencé a caminar más rápido, buscándolos en cada esquina del zoológico, pero nada parecía funcionar. Me sentí solo y asustado sin saber qué hacer o dónde ir.

De repente, escuché una voz amable detrás de mí: "¿Estás perdido?" Era uno de los guardias del zoológico que había notado mi angustia al buscar a mi familia. Rápidamente le expliqué lo que había sucedido y él me llevó hasta la oficina principal para ayudarme.

Dentro de la oficina, conocí a otra niña llamada Sofía quien también se había perdido ese día. Ella tenía una sonrisa cálida y amistosa que me hizo sentir mejor instantáneamente. Juntos comenzamos a explorar las diferentes áreas del zoológico mientras esperábamos que nuestros padres vinieran por nosotros.

En nuestro recorrido descubrimos cosas interesantes sobre muchos animales; aprendimos sobre la dieta de los tigres, la velocidad de las jirafas y el hábitat natural de los pingüinos. También hicimos nuevos amigos con otros niños que nos encontramos en el camino.

Finalmente, nuestros padres llegaron a la oficina principal y nos abrazaron con alivio. Aunque estábamos felices de reunirnos con nuestras familias, también estábamos un poco tristes porque nuestra aventura había terminado.

Mientras caminábamos hacia la salida del zoológico, Sofía me dijo: "¡Fue divertido pasar tiempo contigo hoy! ¡Espero que podamos volver a vernos algún día!" Y aunque no sabía si alguna vez volveríamos a encontrarnos, sentí una sensación cálida dentro de mi corazón al pensar en todo lo que habíamos aprendido y todas las nuevas amistades que habíamos hecho ese día.

Desde entonces, cada vez que visito el zoológico me acuerdo de esa experiencia y recuerdo lo importante que es ser valiente ante situaciones difíciles e inesperadas.

Además, siempre estoy dispuesto a hacer nuevos amigos y aprender cosas nuevas sobre el mundo animal.

Dirección del Cuentito copiada!