Amigos en la arena

Había una vez una niña llamada Sofía que vivía en la ciudad.

A ella le encantaba jugar con sus amigos en el parque, pero siempre soñaba con poder ir a la playa y disfrutar del sol, el mar y la arena. Un día, sus padres decidieron llevarla de vacaciones a la costa. Cuando llegaron, Sofía no podía contener su emoción al ver el mar por primera vez. Corrió hacia él y se sumergió en las olas.

"¡Esto es lo mejor que me ha pasado en mi vida!", exclamó Sofía mientras chapoteaba en el agua. Junto a ella había un grupo de niños jugando en la playa y decidió unirse a ellos.

Juntos construyeron castillos de arena y jugaron carreras. Mientras tanto, los padres de Sofía observaban desde lejos con una sonrisa en sus rostros. "Es bueno verla tan feliz", dijo su mamá. Pero pronto, Sofía notó algo extraño mientras jugaba con los niños.

Uno de ellos parecía estar triste y no participaba mucho de los juegos. Sofia se acercó a él para preguntarle qué pasaba:"¿Por qué estás tan callado? ¿No te gusta jugar?", preguntó Sofia amablemente.

El niño le respondió: "No tengo muchos amigos aquí y me siento solo". Entonces, Sofia tuvo una idea brillante:"Te propongo algo: ¡jugaremos juntos! Así podrás tener más amigos".

El niño aceptó encantado la invitación y juntos comenzaron a jugar todos los juegos que habían estado haciendo antes pero esta vez incluyéndolo al nuevo amigo. "¡Esto es genial! ¡Nunca me había divertido tanto!", exclamó el niño agradecido por la invitación de Sofía.

Desde ese día, los niños jugaron juntos todos los días en la playa y se convirtieron en grandes amigos. Sofía aprendió que siempre hay alguien que necesita un amigo y no hay nada mejor que hacer nuevos amigos mientras te diviertes.

Cuando llegó el momento de regresar a casa, Sofía estaba triste por tener que dejar la playa y a sus nuevos amigos. Pero sabía que siempre tendría esos recuerdos felices en su corazón y esperaba con ansias volver el próximo año para crear más aventuras emocionantes junto al mar.