Amigos en la Arena
Había una vez una niña llamada Clara Emilia, quien vivía en un pequeño pueblo cerca del mar.
A Clara le encantaba ir a la playa y ver el atardecer con sus amigos, pero últimamente se había sentido triste y sola porque sus amigos ya no querían pasar tiempo con ella. Una tarde, mientras caminaba por la orilla del mar, Clara se encontró con un grupo de niños que jugaban juntos.
Se acercó para saludarlos y preguntar si podía unirse a ellos. "¿Puedo jugar con ustedes?"- preguntó Clara tímidamente. Los niños la miraron de arriba abajo y uno de ellos respondió:"Lo siento, pero no podemos jugar contigo. Eres muy diferente a nosotros".
Clara se sintió muy triste al escuchar esas palabras, pero decidió no rendirse y seguir buscando nuevos amigos. Entonces recordó una frase que su abuela siempre le decía: "No importa cuántas veces te caigas, lo importante es levantarse cada vez más fuerte".
Así que siguió caminando por la playa hasta que encontró a un grupo de niños construyendo castillos de arena. Se acercó sonriendo y les preguntó si podía ayudarlos. "¡Claro! ¡Bienvenida!"- exclamaron los niños emocionados.
Juntos construyeron el castillo más grande que habían hecho nunca. Además, compartieron historias divertidas y rieron juntos hasta que llegó el momento del atardecer.
Clara estaba feliz por haber encontrado nuevos amigos y disfrutaba del hermoso paisaje cuando alguien gritó:"¡Miren! ¡Hay delfines saltando en el mar!"Los niños corrieron hacia el agua para ver a los delfines, pero Clara se detuvo por un momento y se dio cuenta de que había dejado su mochila en la playa.
Cuando regresó, encontró a un perro callejero mordisqueando su comida. Clara intentó espantar al perro, pero este respondió gruñendo y mostrando sus dientes.
De repente, uno de los niños que había estado jugando con ella se acercó y le dijo:"No te preocupes, yo sé cómo tratar con los animales". El niño se acercó al perro y comenzó a hablarle en voz baja. El perro dejó de gruñir y empezó a lamer su mano. "Se llama Max"- dijo el niño sonriendo"y es mi amigo".
Clara estaba impresionada por la habilidad del niño para comunicarse con los animales. Juntos lograron recuperar la comida de Clara y compartirla con Max. La noche terminó con una gran cena en casa del niño que había hablado con Max.
Clara estaba tan emocionada por haber encontrado nuevos amigos que no podía dejar de sonreír.
A partir de ese día, Clara Emilia nunca más volvió a sentirse sola porque descubrió que siempre hay alguien dispuesto a ser tu amigo si lo buscas con sinceridad. Además aprendió dos cosas importantes: primero, no juzgar a las personas por su apariencia o forma de ser; segundo, respetar y cuidar el medio ambiente y todos los seres vivos que lo habitan.
Y así fue como Clara Emilia mar atardecer amigos para toda la vida.
FIN.