Amigos en la Selva



Había una vez, en la profunda selva de Argentina, un pequeño cocodrilo llamado Cocolito. Era un cocodrilo muy curioso y aventurero que siempre estaba explorando nuevos lugares.

Un día soleado, mientras Cocolito caminaba por el río, se encontró con una criatura misteriosa y triste. Era un monstruo azul gigante que lloraba desconsoladamente.

Cocolito se acercó lentamente y preguntó preocupado:- ¡Hola! ¿Por qué estás tan triste? El monstruo azul levantó la mirada y sollozando respondió:- Estoy triste porque me siento solo. Nadie quiere ser amigo de un monstruo como yo. Cocolito sintió mucha empatía por el monstruo azul y decidió ayudarlo a superar su tristeza. - No te preocupes -le dijo Cocolito-. Yo seré tu amigo.

Juntos podemos encontrar la felicidad. El monstruo azul levantó tímidamente la cabeza y le sonrió a Cocolito. A partir de ese momento, los dos amigos comenzaron a pasar mucho tiempo juntos.

Exploraban la selva, nadaban en el río e incluso jugaban al escondite entre los árboles altos. Un día, mientras jugaban cerca del río, escucharon unos gritos desesperados provenientes de lo más profundo del bosque. Rápidamente corrieron hacia allí para descubrir qué estaba pasando.

Descubrieron que una familia de monitos estaba atrapada en medio de las ramas altas de un árbol gigante. Los monitos tenían miedo y no sabían cómo bajar. Cocolito y el monstruo azul se miraron y supieron que debían ayudar a los monitos.

Cocolito, con su cuerpo largo y fuerte, trepó rápidamente hasta donde estaban los monitos y los llevó de regreso al suelo sano y salvo. Los monitos estaban tan agradecidos que comenzaron a aplaudir emocionados.

El monstruo azul sonrió por primera vez en mucho tiempo al ver la alegría de todos. Desde ese día, Cocolito y el monstruo azul se convirtieron en héroes de la selva.

Ayudaron a muchos animales necesitados, resolvieron problemas difíciles e incluso enseñaron a otros animales sobre la importancia de ser amables y solidarios. El pequeño cocodrilo demostró que no importa cuán diferente o grande sea alguien, siempre hay espacio para la amistad y el amor en nuestros corazones.

Y así, gracias a su valentía y compasión, Cocolito mostró al mundo que todos merecen una segunda oportunidad para ser felices. Y así termina esta maravillosa historia llena de aventuras, amistad y lecciones importantes para niños como tú.

Recuerda siempre ser amable con los demás porque nunca sabes qué sorpresas maravillosas pueden esperarte cuando menos te lo esperas.

FIN.

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