Amigos en la Selva



Érase una vez en la hermosa selva de la Patagonia, donde vivían el león Leo, el unicornio Único y el pingüino Pingu. Eran grandes amigos y siempre se divertían juntos. Un soleado día, decidieron jugar a la escondida.

Leo sería el que contara y los otros dos buscarían un buen lugar para ocultarse. Mientras Leo cerraba los ojos y comenzaba a contar hasta diez, Único se escondió detrás de un árbol mágico que lo hacía invisible.

Pingu decidió sumergirse entre las altas hierbas para confundir al león. Después de contar hasta diez, Leo abrió los ojos y empezó a buscar a sus amigos por todas partes.

Corrió tan rápido como pudo, pero sin darse cuenta tropezó con una piedra grande y se lastimó su patita trasera. El pobre león sintió un fuerte dolor y no podía moverse.

Justo en ese momento apareció Cocodrilo, quien había escuchado el ruido del tropiezo desde su hogar cerca del río. Con su amable sonrisa, Cocodrilo se acercó corriendo hacia Leo para ver qué había pasado. "¡Hola Leo! ¿Qué te ha sucedido? Veo que te has lastimado la patita", dijo Cocodrilo con preocupación. "Sí...

me caí mientras jugábamos a la escondida... ¡me duele mucho!", respondió Leo con tristeza. Cocodrilo examinó cuidadosamente la patita herida de Leo y decidió ayudarlo.

Usando sus habilidades curativas aprendidas en el río, Cocodrilo aplicó suavemente un ungüento especial sobre la herida. "No te preocupes, Leo. Con un poco de paciencia y cuidado, tu patita sanará muy pronto", dijo Cocodrilo con una sonrisa tranquilizadora. Leo se sintió aliviado al ver cómo Cocodrilo cuidaba de él.

Mientras tanto, Pingu y Único habían escuchado todo y regresaron corriendo para ver cómo estaba Leo. "¡Oh no! ¿Qué ha pasado?", preguntó Pingu preocupado. "Me lastimé mientras te buscaba a ti y a Único...

pero no te preocupes, Cocodrilo me está curando", respondió Leo con una pequeña sonrisa. Pingu y Único se acercaron rápidamente para consolar a su amigo herido. Juntos decidieron hacerle compañía a Leo mientras su patita sanaba.

Durante los días siguientes, jugaron juegos tranquilos cerca del río para que Leo pudiera descansar y recuperarse adecuadamente. Mientras pasaban el tiempo juntos, aprendieron muchas cosas valiosas. Cocodrilo les enseñó sobre la importancia de ser cuidadosos al jugar para evitar accidentes innecesarios.

También les mostró diferentes plantas medicinales que podrían ayudarlos si se lastimaban en el futuro. Después de unas semanas, la patita de Leo finalmente sanó por completo gracias al amoroso cuidado de sus amigos y las habilidades curativas de Cocodrilo.

Para celebrar su recuperación, todos organizaron una gran fiesta junto al río con música y baile. Desde aquel día, Leo, Único, Pingu y Cocodrilo siguieron siendo grandes amigos. Aprendieron a valorar la importancia de la amistad y el cuidado mutuo.

Juntos, crearon un vínculo especial que duraría para siempre. Y así, en medio de la hermosa selva de la Patagonia, estos cuatro amigos demostraron que incluso en los momentos difíciles, el amor y la amistad pueden sanar cualquier herida.

FIN.

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