Amigos en la Tierra


Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, dos ovinis que decidieron visitar el planeta Tierra. Uno de ellos se llamaba Ovi y era muy pequeñito, tenía una antenita y pies extraños.

El otro se llamaba Nito y era del tamaño promedio de un ovni. Cuando aterrizaron en la plaza del pueblo, la gente se asustó mucho al verlos. Todos comenzaron a correr y gritar pensando que eran extraterrestres malvados.

Pero hubo un niño valiente llamado Tomás que no tuvo miedo y se acercó a ellos con curiosidad. "¡Hola! ¿Quiénes son ustedes?"- preguntó Tomás con una gran sonrisa.

Los ovinis miraron al niño con ternura y respondieron:"Somos Ovi y Nito, venimos de muy lejos para conocer la Tierra". Tomás quedó fascinado por los visitantes espaciales y decidió ayudarlos a entender cómo funcionaba todo en nuestro planeta.

Durante días, Tomás enseñó a Ovi y Nito sobre las plantas, los animales, las estaciones del año e incluso les mostró cómo jugar al fútbol. Los ovinis estaban encantados con todas las cosas nuevas que aprendían cada día. Un día, mientras jugaban en el parque, vieron a unos niños burlándose de un compañero porque era diferente.

Ovi se entristeció mucho al presenciar esto. "¿Por qué hacen eso? No entiendo... "- dijo Ovi con tristeza en sus ojitos brillantes.

Tomás explicó pacientemente:"A veces las personas tienen miedo de lo que no conocen y se comportan de manera cruel. Pero tú, Ovi, eres especial y diferente, y eso es algo maravilloso". Ovi sonrió, sintiéndose mejor gracias a las palabras amables de su amigo humano.

Poco a poco, la gente del pueblo comenzó a darse cuenta de que los ovinis no eran peligrosos. Tomás organizó una reunión en la plaza para presentarlos oficialmente.

Cuando todos vieron cómo Ovi y Nito jugaban con Tomás y compartían risas, entendieron que los ovinis solo querían hacer amigos y aprender sobre nuestro mundo. Desde ese día, el pueblo entero abrazó a Ovi y Nito como parte de su comunidad.

Los niños les enseñaron juegos nuevos, los adultos compartieron sus historias más emocionantes e incluso les mostraron cómo preparar deliciosas empanadas argentinas. Ovi y Nito estaban felices porque habían encontrado un hogar en la Tierra junto a sus nuevos amigos. Y así fue como aprendieron que la amistad puede superar cualquier barrera, incluso las galácticas. Y colorín colorado...

¡esta historia llena de amistad ha terminado!

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